Palabras desde otro mundo

30/05/2010

La Trilogía de Atlantis

Filed under: — Javier Albizu @ 02:14

Portadas de los libros de La Trilogía de AtlantisNo. No os voy a hablar de ninguna trilogía chunga de novelas de fantasía, sino de un juego de rol: El primer juego de rol que crease Stephen Michael Sechi.
Ahora algunos preguntarán. ¿Y quien es ese tipo para que lo menciones?
Pues es un saxofonista… y el creador de Talislanta.
Vaaale, ahora otros preguntarán: ¿Talis…qué?
Pero a eso os responderé en las siguientes entradas de “Mundos improbables” (léase con voz cavernosa y musica de misterio de fondo) porque la Trilogía de Atlantis tiene la entidad y calidad suficiente como para dedicarle una entrada a él sólo.

Como supongo que eso de Atlantis os sonará a (casi) todos, no me dedicaré a explayarme en la explicación del trasfondo de este juego, más allá de deciros que está ambientado en la tierra “antes del hundimiento de la Atlántida”
¿Que con esto tampoco os aclaro mucho?
Bueeeno, ya os cuento un poco más.
Este mundo se supone que es el nuestro en un pasado muy remoto. A esta época se refieren como “La segunda edad” aunque también la llaman “La era antediluviana” (que a mi me mola más) en teoría entre el año quince mil y el doce mil antes de cristo. La ambientación no pretende ser histórica en ningún momento, así que tampoco conviene darle muchas vueltas al asunto.
Estamos hablando de un mundo fantástico puro y duro. Con sus elfos, sus enanos, sus trolls y su magia… pero sin ser un mundo fantástico tradicional. Hablamos de una Tierra (tierra de “nuestra” tierra, no de mundo genérico) mítica.
Las razas no son tolkienianas o dungeoneras, sino una (otra) mezcla de los mitos en los que se basan los arquetipos tradicionales. En este mundo también encontraremos hombres-bestia (experimentos del primer Imperio Atlante) zéfiros alados o nethermen (¿sub-hombre? vaya, de esto también hay en Talislanta) híbridos de humano y duende.

El juego consistía en tres libros (de ahí lo de la trilogía) que serían publicados por la editorial Bard Games (creada por el señor Sechi junto a otros dos amigos para sacar adelante el proyecto):

Portada de Atlantis: The lost worldThe Arcanum sería publicado en el ochenta y cuatro y era el reglamento básico, o lo que es lo mismo: Ciento cincuenta y ocho paginas de reglas y hechizos. Se habla un poco de las razas y casi nada del mundo (apenas media página) El año siguiente sacarían una segunda edición que era básicamente lo mismo.
Ese mismo año, también sacarían The Lexicon; el libro en el que se describía el mundo (y al que se hacía referencia en Arcanum) y ahí la cosa ya mejora bastante. Este libro es ambientación de principio a fin, un atlas en toda regla que puede ser usado si apetece con cualquier otro sistema de juego. Información de la buena.
El siguiente año (en el noventa y seis) saldría la última parte del paquete: The Bestiary, que vosotros diréis: Vaya, un bestiario, que original. Bichos. Y sí, lo es. Pero también es algo más. Porque no estamos hablando de un compendio de características para una tabla de encuentros. Aquí tampoco se mencionan las reglas. No hay características. Lo que hay es una recopilación enciclopédica de criaturas míticas de toda índole. Empieza siendo genérico en cuanto a descripción de especies, para pasar a lo concreto, que es cuando la cosa gana. Desde el León de Nemea hasta la Esfinge. Desde El Ave Fenix hasta la Hidra. Desde Mefistófeles hasta Moloch.
Lo único que echo en falta a este libro es un poco más de detenimiento en cada una de las criaturas, pero bueno, son ciento treinta páginas, a más o menos dos criaturas por página y a cada cual mas apetecible. Un tratamiento en profundidad habría necesitado de un libraco demasiado grande como para una editorial pequeña, o una colección de libros que habría roto la “trilogía”
Como dato curioso (y valor añadido) todas las ilustraciones interiores están hechas por un Bill Sienkiewicz a medio camino entre su Caballero Luna y su saga del Oso Místico.
Y fin, porque en el noventa y siete saldría la primera edición de Talislanta y Bard Games ya no sacaría más material. Al fin y al cabo era una trilogía, ¿no?

Bueno, pues no, aún hay un poco más que contar de esta ambientación, porque el señor Sechi siempre ha guardado un huequecito en su corazón friki para su primera creación. Ya en Talislanta se crearía su pequeña ruta de ida y vuelta hacia La Atlántida con alguna criatura proveniente de allí. Más adelante, en el noventa y ocho, la propia Bard sacaría Atlantis: the lost world. Que no era sino una reimpresión del Lexicón y el Bestiario con unas pocas páginas de material adicional, pero que servía para mantener vivo el recuerdo de ese mundo.

Al final Bard terminaría por desaparecer, pero el señor Sechi se llevaría sus creaciones para licenciarlas a otras editoriales.

Así en el noventa y seis Deaths Edge Games sacaría una nueva edición de The Arcanum (la tercera) que supondremos que no le fue demasiado bien, ya que tardaría cinco años en sacar las correspondientes segundas ediciones del Lexicón y el Bestiario (después de las cuales también acabaría desapareciendo)

Portada de Atlantis: The second ageHabría que esperar otros cuatro años, hasta el dos mil cinco para que la canadiense Morrigan Press publicase algo relacionado con esta ambientación: Atlantis the second Age. Que no es que fuera lo mismo, ya que utilizaron su propio sistema de juego, el Omni System. Primero sacarían un único libro con el sistema y el mundo (con nueva redacción e imágenes) para continuar al año siguiente con otro libro que contendría el bestiario.

Y ahora si que llegamos al fin, porque un año después (casualmente tras publicar el Talislanta D20) la compañía cerraría sus puertas.
Así que ya sabéis, niños y niñas. Si queréis conseguir los libros de esta ambientación, recorreos las tiendas de segunda mano, porque la cosa está complicada, pero merecen la pena.

19/05/2010

Macroverso XIV

Filed under: — Javier Albizu @ 20:13

Día: Venga, adivinarlo.
Hora: Segundos después
Lugar: Mundo “real”

– Hola.
– Hola – justificación onírica, segunda parte…
– Puedes empezar cuando quieras – …y comenzaba igual de mal que la última vez. Tomó aire y se lanzó.
– Déjame un segundo – no, lanzarse no había sido la palabra correcta.
– Tómate todo el tiempo que quieras – aquello tenía algo bueno: No podía continuar peor.
– A ver, en el fondo debes saber que no quería ofenderte – bueno, no era peor que el comienzo, pero se acercaba demasiado para su gusto.
– Eso es lo mejor que se te ocurre.
– Hombre, perdón, mujer, así, de sopetón…
– ¿Me estas pidiendo que lo racionalice?
– Si me puedes hacer ese favor.
– Tío, ya se por qué sigues sin comerte nada a tu edad.
– Gracias por unas palabras tan halagüeñas.
– Dátelas a ti mismo – no, por favor, que su mente no tirase por ese camino otra vez. Por favor, que alguien lo sacase de ahí.
El teléfono le despertó. Salvado por la proverbial campana. Mientras respondía, de reojo miró el reloj; no había pasado ni un minuto desde que se había vuelto a acostar. Continuaba el domingo más largo de la historia.
– Si?
– ¿Javi?
– Hola, mama.
– ¿Has comido ya?
РNo, a̼n no.
– ¿Quieres venir a comer con tu padre y conmigo?
– Son más de las dos ¿Aún no habéis comido?
– No.
– ¿Ha pasado algo?
– No. Sólo que hace varias semanas que no te vemos.
– … vale, me visto y voy para allá – aquello sonaba raro, pero estaba claro que no iba a poder dormir y no le apetecía hacer la comida.
Se vistió con lo primero que pilló a mano, se despejó lavándose la cara y salió a la calle.
San Fermín, se decía que no odiaba aquellas fechas, que había hecho un pacto de no-agresión con ellas; Si la fiesta no se metía con él, él no se metería con la fiesta, pero no podía negar una cierta animadversión. Bueno, si que podía negarlo, pero sería algo bastante estúpido por su parte.
Se puso los auriculares, y subió el volumen al máximo. Gafas de sol: Colocadas. Manos en los bolsillos: Hecho. Vista al frente y encogimiento de hombros: en situación. Aislado de todo lo que le rodeaba, partió raudo hacia su objetivo. De vez en cuando se filtraba algún sonido en los silencios entre canciones, pero era capaz de ignorarlos.
Mientras caminaba a toda velocidad, su cabeza comenzaba a darle vueltas a la breve conversación que había tenido con su madre; mejor aquello que volver a la conversación anterior.
– Tu padre y yo nos separamos – No, demasiado melodramático.
– Nos ha tocado la lotería y te vamos a pagar un piso – ¿Había lotería en San Fermín?
– Vas a tener un hermanito – ups, no. Definitivamente, no.
– ¿Cuando vas a hace algo productivo con tu vida? – sí, aquello era un clásico.
– ¿Cuando vas a echarte una novia? – esperaba que aquel no fuera el tema. Otros días (otros muchos días) le daba igual, pero aquel día seguro que terminaba hablando de lo que había sucedido. Malditos poderes mágicos de las madres.
Sonrió resignado y desvió la mirada. Se imaginó corriendo como a una velocidad de vértigo sobre la barandilla que le separaba del paseo del Arga. Su otro yo se acercaba casi a la velocidad de la luz, pero no era capaz de ir más rápido que su yo real. Cambió de distracción.
Con su poderoso giro de cintura esquivaba a todos los que se cruzaban en su camino. Aquello no era tan fácil como podía parecer. El caminar zigzagueante de los borrachos era un reto mayor al de los habituales viandantes. Metió la cabeza aún más entre los hombros y aceleró el paso: Sala de máquinas, velocidad de escape.
Veinte minutos después estaba en casa de sus padres. Las tres, una hora nada anormal para él para comer, pero no para sus padres. Mientras subía las escaleras los desvarías volvieron a su mente, ahora con un veinte por ciento más de delirio.
– Hola, hijo – su madre estaba tendida en el suelo cubierta de sangre y su padre le recibía tan alegremente con el cuchillo en la mano. Que tu padre tuviese el apodo de “El carnicero de la Txan” tenía que acabar afectándote con el paso de los años. Ya podría haber sido ferretero.
– Nuestra nave ha venido a recogernos por fin. Tienes macarrones en el horno – No, el marciano siempre había sido él.
– El demonio al que vendimos tu alma al nacer, ha venido a reclamarla – bueno, al menos se libraría de los san fermines.
Llegó al piso de sus padres y abrió la puerta con su copia de las llaves. Atravesó el recibidor y fue directamente hasta la cocina. Su padre estaba estaba ya sentado y comiendo. Al lado tenía otro plato esperándole.
РSi̩ntate, que se va a enfriar.
– Hola ¿Que tal? ¿que es de tu vida? Nos alegramos de verte – no pudo evitar el retintín en su tono de voz.
– ¿Que quieres? ¿Un buenos días?
– Tardes sería más correcto.
– Calla y come. Tú siempre con tus tonterías – parecía enfadada, y no era por la hora ni por el comentario. Aquello no presagiaba nada bueno.
– Pero ¿se puede saber que te pasa?
– ¿A mi? Eres tú la que me ha llamado.
– ¡Tú es que estás tonto!
– A ver, nunca he sido ningún cerebrín, pero tonto, lo que se dice tonto, tampoco – su madre le pegó una colleja.
– Ahora no te hagas el listillo.
– ¿En que quedamos?
– Deja de marear a tu madre – por fin su padre habló. Su madre le dio otra colleja – Mujer, tampoco es para tanto.
– ¿Que no es para tanto? A este paso se va a quedar solo. Para vestir santos.
– Tú tranquila, esa opción queda descartada. Por lo demás, no me va tan mal – al fin encajaba todo. Diana, la traidora de su hermana les había llamado. Aquello clamaba venganza – Supongo que habéis charlado con vuestra adorable hijita.
– No. Nos ha llamado Marcos – nota mental, nunca subestimes el odiómetro de tu cuñado.
– ¿Que es esto? ¿Una “intervención”? ¿Vais a tratar de reconducirme por “el buen camino”?
– ¿Eso es lo que quieres? ¿Acabar solo y amargado?
– Bueno, acabar solo no me importa – mintió, pero le sorprendió darse cuenta de que aquello no estaba demasiado lejos de la verdad. No sabía si alegrarse o tener miedo por ello – Lo de amargado ya es otro asunto.
– ¿Pero tú le oyes?
– Mujer, tampoco es para tanto – su padre le defendió. Parecía que su apoyo estaba por encima de acabar la comida con tranquilidad. Nota mental; devolverle el favor algún día de estos..
– ¿Ves? No es para tanto. Además, joder, aún no me he muerto. Vamos, que me queda tiempo de sobra para buscar algo (si me da por ponerme a ello)
– ¿Y que tenía de malo esa chica? A ver.
– Pues… nada. Sólo que no iba a funcionar.
– ¿De que me hablas? ¿De una lavadora?
– A ver, os dicen que le gusto a una chiva ¿y me echáis la bronca porque no me he casado con ella? ¿En tan poca consideración tenéis mi criterio? ¿Que sabéis vosotros de ella? A ver.
– Pero Javi, que ya sabes que sólo queremos lo mejor para ti.
– Pues ahora mismo lo mejor para mi es largarme – se dio la vuelta y se fue.

Perfecto. Era un domingo perfecto. Sin dormir, sin comer y cabreado. Mientras caminaba de vuelta a casa cruzo los dedos y esperó a que el fin del mundo no llegase antes de haber comido algo. Aquellas señales no podían apuntar a otra cosa.

12/05/2010

PCVerso VI (Multimediando)

Filed under: — Javier Albizu @ 20:07

Vale, ahí tenía mi PeCé, funcionando, sufriendo sus víruses (que venían incluso en los disketes de los juegos originales, como el del Action Service) comprándome juegos que ya había tenido antes (como el Barbarian, el Targhan o el Impossible Mission II) y cruzando los dedos cada vez que copiaba algo al disco duro para que no saliese ningún mensaje de error de disco.
Como ya hicieran antaño, los juegos seguían entrándome por los ojos. Por sus carátulas me compraría el Cobra Mission y el Metal & Lace, y ambos resultarían igualmente decepcionantes. De gratis conseguiría el Wolfstein 3D, el mejor FPS jamás creado (no, no me gustan los FPS, me aburren enseguida) ya que, al ser una demo, (¿una que?) solo tenía un par de pantallas no demasiado cansinas con el laberinto. Ante aquel panorama, parecía que tocaba comenzar a mirar los ordenadores desde otro ángulo. Yyyyyy ese nuevo ángulo era el que se encontraba ubicado dentro del ámbito laboral, por supuesto. Un terreno de vedes pastos para alguien más verde aún. Nos encontrábamos bajo el paradigma de la línea de comandos, un ambiente apto sólo para tipos duros. A falta de ludismo informático al que meterle mano, siempre me quedaba el terreno puramente sonoro.

En el tema musical para MSDOS no es que hubiese gran cosa entre lo que elegir. Mientras el Atari y el Mac tenían los míticos Cubase, Encore, Finale o Notator (luego Notator Logic, para acabar siendo Logic a secas) en el PC teníamos el Ballade, el Musicator o el Band in a box (que también tenía su propia versión para Atari.
La verdad es que los programas no es que fuesen malos, pero eran feos e incómodos como ellos solos. De todas formas, tenían la ventaja de ser más baratos que los programas “Profesionales”. Recuerdo que en la tienda tuvimos una copia del Cubase para Atari y otra para Mac pero, si no me falla la memoria, aún deben seguir por ahí. Cada uno de esos programas superaba las cien mil pesetas (de entonces) y el Finale rondaba el doble, mientras que los programas para PC eran más asequibles (lo que no quiere decir que se vendiesen muchos)
Por otro lado, los interefaces MIDI para PC aún estaban caros, chungos de configurar y no eran precisamente fiables (aparte de que sólo eran eso, interfaces, y necesitabas también un modulo de sonidos externo para que aquello pudiese sonar mínimamente en condiciones) así que tuviéramos un mercado muy boyante en aquel momento (menos aún en Pamplona)

Sería en aquellos días que hasta mi llegaría (no recuerdo por que medio) un disquete. Pertenecía a una empresa de la lejana Barcelona. Al invocar su contenida aparecería grabado en mi pantalla el nombre del concilio de brujos que lo había conjurado: AMB (decía) the SQL (ponía más abajo, y yo me preguntaba ¿La Secuela de qué?)
En su interior encontraría precios de tarjetas de sonido y Cederones ¡A PRECIOS ASEQUIBLES!. Como es obvio, no tardaría mucho en pedir uno de ambos: Una tarjeta compatible con AdLib, y un CDROM externo x1. Al llegar ellos, también llegaría la decepción. Como ya decía por ahí arriba: ¿Como… diantres se hacía funcionar aquello?
Vale, yo pinchaba la tarjetas en sus ranuras respectivas, pero aquello no chuflaba. Conectaba los auriculares a la tarjeta de sonido, pero de ahí no salía ningún acorde o palabro. Metía un disco en el lector, pero no sabía como acceder a su contenido. Con ellos venían unos disketes, “conductores” ponía en guiri en sus pegatinas, pero ejecutando sus contenidos no lograba que me llevasen a ningún lado. Aquello de la informática “seria” estaba empezando a tocarme un poco las narices.

Por fortuna tenía a mano a alguien que era capaz de desencriptar aquel galimatías y hacer funcionar aquellos cachivaches. La verdad es que, por mucho que me empeñase (a quien vamos a engañar, nunca me esforcé demasiado) nunca aprendí a hacer un autoexec.bat o un config.sys desde cero (otra cosa era ya el copia de aquí y allá para hacer mi pequeño ejército de Frankensteins binarios)
Al fin conseguiría que aquello sonase y que los posavasos plateados sirvieran para algo, pero aquello tampoco mejoraba demasiado la cosa.
Vale, no tenía que desconectar físicamente el PC Speacker de la placa para no incordiar (al menos, no siempre, ya que había algunos programas que no te dejaban otro remedio) pero los juegos aburridos, con sonido “modelno”, no se volvían entretenidos.

Pero se acercaban tiempos de cambio. Como respuesta (tardía, muy tardía) a los colorines e iconitos de la competencia, se acercaba el (ejem) “Salto cuántico” para el PCVerso. Más allá de los comandos arcanos como pkzip o arj, comenzaba a vislumbrarse el reino dorado de las Ventanas (¡oh sorpresa! ¡nunca habíamos visto nada parecido!) y su místico paladín; el ratón (no bostecéis tan alto)
El mundo informático se iba acercando a las masas. Nos esperaba una buena.

06/05/2010

Glorantha III

Filed under: — Javier Albizu @ 23:56

Diversas portadas de GloranthaAntes que nada, aclaremos conceptos: Glorantha es un mundo, no un planeta.
No es una esfera flotante que orbita alrededor de un sol, sino que ocupa la faceta superior de un cubo que flota en el caos primordial.
Sobre su superficie hay dos continentes; Genertela y Pamatela, separados por el Océano del Eterno Retorno. En el centro del océano se encuentra la Fuente de Magasta, un vórtice que comunica el mundo superior con el interior; el inframundo.
Glorantha no es un mundo grande. La extensión total del mundo es aproximadamente como la del continente americano (no será muy grande, pero en su interior caben grandes cosas)
Tampoco es un mundo antiguo, ya que el momento en el que se ambienta el juego es año mil seiscientos veinte (aunque sucedieron muchas cosas antes de que el tiempo comenzara a contarse)

Cada mañana Yelm, emperador del universo sale con su carro ígneo, arrastrando el sol desde La Puerta del Alba en el este por el firmamento de Glorantha. El anochecer llega cuando Yelm alcanza La Puerta del Crepúsculo en el oeste. Durante la noche recorre el inframundo para volver a traer el día de nuevo tras imponerse a quienes habitan en la oscuridad.

Hubo una época de oscuridad cuando Orlanth, el señor de las tormentas hijo de Umath, mató a Yelm y lo arrojó al inframundo. Pero con el más adelante se daría cuenta de su error, pues el caos y la oscuridad comandados por El diablo (no, no se lo curró mucho con el nombre de este) consumieron el mundo y acabaron con la Montaña Cósmica y la corte celestial que allí habitaba.
Pero Orlanth vería su error y bajaría hasta el inframundo en busca de Yelm, que había logrado imponer su voluntad sobre su propia muerte. Magasta llevó a sus hijos acuáticos a cerrar la brecha que había creado la explosión de la montaña, y Kyger Litor sacos a los suyos a la superficie para que bajo el cielo sin estrellas luchasen contra la oscuridad y el caos.
Finalmente Orlanth, rompiendo todas las leyes antiguas, lograría salir del infierno junto a Yelm y las fuerzas de la vida.
Desde algún lugar recóndito cuya ubicación nadie conoce llegaría Arachne Solara, que forjaría El Gran Compromiso con todos los dioses, tanto vivos como muertos, para acabar con el diablo.
De su vientre saltaría El Dios Tiempo, el último de los dioses, extendiendo su red mística de realidad sobre los restos del viejo mundo.
Yelm devolvió la vida a los dioses muertos con el primer amanecer, y el tiempo del Alba vio la luz.

Igual estáis un poco mareados después de este resumen… pero es que esto no es un resumen. Glorantha esta escrito así; denso, a toda velocidad… con una redacción un tanto tosca (vale, ya se que yo no soy el más adecuado para criticar la prosa de nadie, pero ahí esta la cosa)
Los eventos se atropellan, las ideas son arrojadas y te impactan dejando secuelas, los conceptos se lanzan al aire… y se dejan ahí para que maduren en la mente de cada uno. Y la cosa sigue al mismo ritmo…

Durante la primera edad; el alba, el mundo aún no se había recuperado de la guerra de los dioses. La separación entre los dioses y los hombres era escasa. Los diversos poderes trataban de dar forma a las energías que gobernaban en universo experimentando de todas las maneas imaginables.
Uno de aquellos experimentos, el más espectacular, sería Nysalor.
Nysalor fue un ser construido mágicamente por un grupo de humanos y miembros de las razas antiguas. En su origen participaron todas las razas importantes, pero más adelante los trolls y los dragonuts abandonarían el proyecto antes de su culminación.
Cuando Nysalor comenzó su reinado, una era dorada comenzó para su seguidores, pero no para aquellos que no se postraban ante él. Quienes no le seguían fueron esclavizados o desterrados.
Los trolls y los dragonuts se opusieron a él, pero fueron derrotados. Sobre los trolls caería una maldición que condenaba a sus hembras a parir criaturas deformes, los trollkin, en lugar de los saludables trolls negros uzko.
Arkat, daño del caos, sería el más tenaz enemigo de Nysalor, a quién llamaba Gbaji, el impostor. Durante setenta y cinco años luchó contra él, asumiendo las formas de cada una de las razas de Glorantha tras arduas búsquedas heroicas.

Y como estos ejemplos, hay muchos más entre los que elegir.

Tenemos a los enanos. ¿Enanos? no, mostali. Las creaciones de los primeros mostali, encargados de cuidar y reparar a Mostal, la máquina del mundo que fue dañada durante la guerra contra el caos.
Tenemos a los elfos ¿Elfos? no, aldryani. Los hijos de Aldrya, la diosa de los bosque, son medio vegetales. No es que sean lerdos, sino que el apelativo de “tronco” se les podría aplicar en más de un sentido.
Tenemos el monomito jrustelano. Un intento de un culto humano de la segunda edad, los aprendices de dioses, para juntar todas las religiones y leyendas en un mito unificado. La cosa no habría estado mal, de no ser porque estuvo a punto de condenar toda la existencia. La estrechez de miras y la falta de comprensión real de los mitos que modificaban por parte de sus creadores pudo acabar con toco cuanto existía.

Y lo dejo aquí antes de embalarme.
Hala, ya estáis tardando en curiosear un poco más por ahí. Que de esto si que hay cosas publicadas en castellano.