Palabras desde otro mundo

05/08/2005

Fuera tentaciones

Filed under: — Javier Albizu @ 12:13

Pues nada. Para libarme de la tentación de usarlos algún lunes de escasa o nula inspiración, he decidido postear esos relatos o escritos que tenía “de reserva”.

Los dos primeros “Conflictos” y “Dignidad” los escribí para un concurso de micro relatos que organizaba el diario “El País”. Ellos anunciaban el tema, y tu te buscabas la vida para poner lo que fuese en menos de seiscientas palabras. La cosa es que no gané (oh sorpresa), y ahora sus los pongo aquí a vosotros para que comentéis lo que sus apetezca.
El tema para Conflictos era el conflicto generacional, y el de “Dignidad” el mundo laboral.

Conflictos

Conflicto generacional. Que expresión tan utilizada, tan socorrida…y tan inútil.
¿Qué discuto con mi hijo?
Conflicto generacional.
¿Qué no quiero hacer caso a mi padre?
Conflicto generacional.
¿Para que vamos a buscar una solución, cuando ya esta tipificado, etiquetado, y comúnmente aceptado?.

Porque, quizás, tu hijo tiene unas razones para actuar de la manera en la que lo hace. Quizás, sean las mismas razones por las que no aguantas al vecino del quinto (de tu misma generación).
Es posible que tu padre no sea solo otro “viejo gruñón”, quizás se preocupe por ti. ¿No te has dado cuenta de que te dice lo mismo que ese colega que no para de decirte que no hagas el imbécil? (si, ese de tu misma edad).
¿Para que vamos a detenernos a escuchar a los demás?
¿Para que arriesgarnos a la posibilidad de no tener razón?
Con lo bien que se esta siendo los portadores de verdades únicas y universales.
¿Para que buscar una verdad autentica, cuando tenemos nuestras pequeñas parcelas de verdad y autoengaño personal?.

La culpa de todo la tiene la sociedad (ese ente abstracto, del que solo formamos parte cuando nos conviene, o cuando necesitamos una excusa). Ella nos dice lo que es correcto, así como lo que se debe hacer (en publico). La que nos priva de nuestro libre albedrío y nuestra capacidad para discernir el bien del mal.
Si la sociedad dice que algo esta mal, lo esta. No importan los motivos, no importa todo lo que hay detrás de una acción. Lo único importante es el resultado. La consecuencia que se presenta ante nosotros. Solo importa la palabra de la turba. El “que dirán” esos tipos que no te conocen de nada. Esos jueces sin toga cuyas sentencias pueden arruinar una vida.
Es mejor vivir según sus preceptos, no vaya a ser que tengas que pensar por ti mismo. Que tengas que plantearte las situaciones con respecto a lo que sabes, no por lo que te han dicho.
Al fin y al cabo, si haces algo mal, siempre tendrás alguien a quien echar la culpa: “He hecho lo que me dijo Manolito”.

Pues no. Habrás hecho lo que te dijo Manolito. Pero has sido tu quien ha decidido hacerlo. Has sido tu quien ha dado el bofetón, quien ha pulsado el botón, ha firmado la carta, o ha apretado el gatillo. Ha sido tu elección, y tuya es la responsabilidad. Madura y vive con ello.

Dignidad

Dicen que el trabajo dignifica al hombre. Lo cierto es que no se muy bien a que se refieren (los que dicen tal cosa) con ello.
Yo considero que es mas bien al contrario. Es el hombre quien dignifica la tarea que realiza (bien). Es el hombre quien inspira al hombre. Puede ser el trabajo de un hombre el que inspire, pero un trabajo u obra sin hombre que la realice es solo un concepto. Algo etéreo que necesita de la imaginación y la capacidad humanas para llegar a ser algo real.
¿Puede un concepto dignificar a su creador?.
Gracias a un trabajo se pueden obtener alegrías y henchir el orgullo de uno mismo. Pero es uno quien lo realiza. Es uno quien le dedica un mayor o menor grado de esfuerzo. Es uno quien hace de una labor lo que llega a ser tras su finalización.
Porque el trabajo (tal y como yo lo entiendo) es algo mas que una nomina y un reconocimiento social.
Un hombre puede vivir dignamente (en el terreno económico) gracias a un trabajo en el que esta a disgusto, realizando tareas con las que se siente humillado. Pero, ¿es eso “dignidad” real?. ¿Se puede ser digno a media jornada?.
Cualquier trabajo no dignifica a cualquier persona. Es el hombre que realiza una tarea con una dedicación y animo adecuados quien dignifica su trabajo. Aquel que al finalizar su labor, esta orgulloso de lo que ha logrado con su esfuerzo (ya sea mental o físico).
Claro, esta es una teoría muy bonita que vive en su hermoso mundo de teorías. Lamentablemente vivimos en un mundo de realidades, donde solo unos pocos son capaces de llevar tales teorías a la practica. Y aún ellos tendrán sus malos días y sus fracasos (porque son suyos, no de su trabajo).
De igual manera, un hombre “digno” puede coger un trabajo que no le gusta y hacerlo mejor que alguien mas capacitado (pero menos motivado). Y un jefe y compañeros “in” dignos pueden convertir una trabajo bueno en la teoría, en el peor de los tormentos.
Así que la conclusión que saco de todo esto no es otra sino que solo el hombre es el que dignifica (o hunde) al hombre.

Y este otro…..Pues como que se explica por si solo (o igual no)

¿Porque?

¿Porque?
¿Porque continuas ahí, cuando te he dado la espalda?
¿Porque son tus brazos los que me acogen, cuando me rechazan los de aquella cuya compañía ansío?
¿Porque eres unos días dolor, y otros alivio?
¿Porque no puedo olvidarte aun rodeado de aquellos a los que quiero?
¿Porque no me dejas vivir?
¿Porque no me dejas ser feliz?
¿Porque te necesito tanto?
¿Porque te odio de esta manera?
¿Porque?
Dime porque
Dímelo, soledad