Palabras desde otro mundo

16/11/2010

Macroverso XXV

Filed under: — Javier Albizu @ 23:04

Día: El último.
Hora: H más uno.
Lugar: Mundo “real”

– ¿Se puede saber que has hecho? – Javi salió del estado pseudo catatónico en el que se encontraba.
– ¿No es obvio? Lo he matado.
– Serás… – se abalanzó sobre Deux Ex, pero él ya no estaba allí.
– ¿Ya está? ¿Se acabó?
– Eso me temo – Tipo Listo también recobró la lucidez.
– Y ahora… ¿qué?
– Ahora… esto – más allá de la ventana se veía desaparecer los edificios y el mismo aire – la nada – no quedaba luz ni oscuridad, entropía u orden. Nada que pudiese ser percibido.
– No, venga, no me jodas. Este tío podía ser el autor de nuestro mundo. La cagamos y desaparecemos, pero no tiene por que pagarlo todo el mundo. No es dios.
– Mucho me temo que el mundo en el que estamos hace mucho que dejó de existir. Sólo era un mundo real… entre comillas.
– Que no, hombre. Que no hemos podido causar el apocalipsis.
– Si esa es tu preocupación, olvídala. No es el juicio final. Nadie va a decidir nuestro destino, porque pronto no quedará ningún lugar al que ir.
– No sabes cuanto me tranquiliza eso.
– Pero sigo sin verle el sentido – ahora era Ella quien hablaba – ¿Por qué iba a destruirlo todo con su muerte? Él no era así.
– Él no lo está destruyendo nada. La realidad, simplemente, no puede mantenerse sin su ayuda.
– Entonces… nos hemos cargado a Dios. Así, con mayúsculas.
– Es una manera de verlo, pero no creo que la comparación le hubiese halagado.
– No tenemos nada mejor que hacer antes de que se acabe el mundo. Así que te puedes ahorrar las vaguedades y explicarlo de una vez.
– De acuerdo – Tipo Listo tomó aliento – Javi, el Javi que está muerto en el suelo, era quien mantenía el universo en funcionamiento.
Pero no siempre fue así. Al nacer sólo fue una mota más en el tiempo y el espacio.
РNo te pongas po̩tico. Al grano.
– No sé si nació así, o si su capacidad para hacer realidad sus ideas le vino más adelante. El hecho es que era capaz de hacer cualquier cosa, sólo que no lo sabía.
Cada noche creaba universos nuevos que duraban tanto como su sueño y se desvanecían al amanecer.
– ¿Que hemos dicho de ponerse líricos?
– Perdona, supongo que es algo heredado.
Con el tiempo comenzó a crear universos complejos y duraderos. Por lo general, todos ellos partían de una idea sencilla que desarrollaba con más o menos suerte, y el problema surgió allí. Porque surgieron las dudas, las inseguridades y, para que ocultarlo ya, la pereza.
Había ocasiones en las que no daba con la “tecla” necesaria para que sus mundos fuesen consistentes y coherentes. Ideas que no eran los suficientemente buenas como para sustentar esos universos pero que, en lugar de ser desechadas o pulidas, se parcheaban de mala manera. En lugar de comprender como funcionaban aquellos mundos, de aceptar que había cosas que no debían o necesitaban ser explicadas, recurría a justificaciones que sabía que no eran validas, pero que trataba de ocultar bajo capas de palabrería y jerga inútil o, con un simple “por que mola”. Pero, por mucho que tratase de ocultárselo a los demás, el sabía que estaban allí.
– Tío, se acerca el fin del mundo. Un poco de prisa.
– Que sí, que sí, que ya va.
Cada vez usaba más las excusas, el “Deux Ex Machina” y cada vez se enfadaba más con sí mismo por no ser capaz de “crear” sin utilizarlo. Por hacer que los personajes actuaran contra natura con el único objetivo de alcanzar “el momento” que había dado origen a aquellos mundos.

Así llegamos al momento en el que la cosa se descontroló El momento en el que comenzó a soñar con “este” mundo. En como podría ser como sería versión “perfecta” del mundo real. El simple hecho de saber que él no sería capaz de crearlo (ya que él era imperfecto) no le impidió fantasear, y con cada nueva fantasía el mundo cambiaba de acuerdo a sus designios, aunque el no era consciente de ello.
Cada día despertaba en un mundo distinto. En una versión un poco diferente del mismo mundo…
– No me jodas que esto era lo mejor que podía hacer – Javi miró el apartamento con un deje de… desaprobación.
– Oh, no. Él podía hacer cualquier cosa, pero se negaba a sí mismo una posición mejor. No quería hacer que los demás se comportasen de una manera diferente a como realmente eran. No le parecía “justo” el aprovecharse de su “posición privilegiada”. Ni siquiera a nivel subconsciente se permitía esa clase de lujos.
– Me abuuurrooooo.
– Pero llegó lo que tenía que llegar. Javi se enamoró, y ella le dijo que no. Así que el mundo se fue a la mierda. Después de aquello sus sueños cambiaron. Ya no soñaba con mundos perfectos, sino que se dedicó a pensar en la nada. En la muerte. En el final de las cosas. Sus ensoñaciones se llenaron de cataclismos y estrellas que se apagaban. Noche tras noche destruía el universo y cada mañana seguía ahí, pero sólo porque no sabía que lo había destruido. Su ignorancia era lo único que mantenía el curso de la existencia.
Ahora ya no está, y la realidad que él habría recreado le sigue en su último viaje. Se dice que el amor es una fuerza creadora (que lo es) pero también puede ser la causa de todo lo contrario.
– Así que la culpa de todo esto es que este tío era un llorón.
– Hombre, es una visión un tanto simplista.
– No, no. Si yo te creo.
– Cállate – Ella le pegó una colleja.
– Así llegamos al punto en el que perdió el control… sobre aquello que ni siquiera sabía que era capaz. Primero vosotros tomasteis consciencia sobre vuestra propia naturaleza, y él os alentó a ello plasmando vuestras conversaciones.
Pero aquello tampoco pasaba de ser una anécdota. Sólo erais una gracia. Una herramienta para aclarar sus pensamiento. Cuando Deux Ex tomó consciencia de sí mismo y cuanto le odiaba, fue cuando todo comenzó a precipitarse.
Yo traté de avisar a Javi en sus sueños. Pero el paraje onírico es un lugar muy inestable, por no decir una porquería para los intentos comunicativos.
Deux Ex, en un principio tenía miedo, y trató de utilizar a Javi contra si mismo. Por eso fue al microverso para tratar de “reclutarte”. Tú no dejas de ser una proyección de Javi en aquel lugar, por lo que estabas más cercano que nadie a su misma naturaleza.
– Cuanto honor.
– Sí alguien podía superar la barrera que separaba los mundos sin un apoyo expreso del “autor”, ese eras tú.
– Pues fui el último en llegar aquí, así que ya me dirás.
– A ver, para cuando Deux Ex fue capaz de asumir su papel, vosotros ya llevabais una temporada larga dando vueltas por allí. Además, adaptarse a según que cosas cuenta un tiempo.

Cuando lo vi ponerse en movimiento, también comencé a mover mis piezas, y envié a Tipo Duro hasta este mundo. Pero aquello le enseñó el camino a Deux Ex.
– Vaya Tipo listo de los cojones.
-No es tan sencillo. La esencia de Deux Ex consiste en que él es capaz de lograr cualquier cosa. Da igual lo inverosímil que sea. Es la justificación suprema. Así que, en mi defensa, diré que lo hice lo mejor que pude.
Por desgracia, cuando Deux Ex llegó al mundo real, metió a Tipo Duro en una situación de la que salió, digamos… “quemado”
– Eso, tú ríete.
– Y, además, para echar más sal en la herida, le salvó. Para terminar la faena, también me arrancó a mi del plano de las abstracciones para que pudiese ver más de cerca su “obra magna”.
– Vaya cuadrilla de pringados con los que me han juntado.
– ¿Quieres dejar de hacerte el gallito? – la mirada de Ella se le clavó con dureza.
– Lo siento, es un mecanismo de defensa. Sigue.
– Entonces, a mí ¿quien me trajo?
– Mucho me temo que fue Javi. Acababa de tener una experiencia digamos… traumática.
Tras años de mucho sufrir, llorar en silencio y todas esas cosas que se suelen hacer tras un desencanto amoroso, había encontrado una especie de “momento de paz”.
Ya está superado, se dijo, ahora puedo hacer vida normal. Pero no podía estar seguro de aquello sin ponerse a prueba. Así que, inconscientemente, creó una situación que validase su afirmación. Una “prueba de estrés” para demostrarse que no se mentía a sí mismo.
El problema fue que su yo consciente no estaba preparado para una prueba de aquel calibre. Al final la superó, sí, pero no sin recibir (ni causar) daños. Una cosa era que lo hubiese “superado” y otra que quisiera estar solo. Ahí es donde entras tú.

Finalmente, yo logré traerte hasta aquí, Javi. Mi esperanza era justo la contraria que la de Deux Ex, que tú, al ser más cercano al autor, pudieses hacerle ver la verdad (y peligrosidad del asunto)
Lamentablemente, él nos encontró a nosotros antes, y nos convirtió en meros secundarios de “el plan”

Y aquí estamos, esperando el fin de todo. Vaya, que oportuno, comienzo a desvanecerme.

– Bueno, supongo que esto es el fin – Javi miró a Ella. Deux Ex le había hecho recordar todas las ocasiones frustradas de ser feliz en sus vidas anteriores y paralelas.
– Al menos me queda el consuelo de que, esta vez, no eres tú quien me quita la vida – la dureza había desaparecido de su mirada – Me alegro de que el final me llegue junto a ti.
– Yo no me alegro, pero… – no podía apartar la mirada de aquellos ojos que se desvanecían ante él. La acercó para besarla, pero no llegó a tiempo. Típico.
Recordó una conversación que había tenido con Javi. Cuando le acusó de que, mientras él un tuviera pareja, sus personajes jamás serían felices. Al final iba a resultar que tenía razón.
Miró el cuerpo en el suelo.
– Pobre desgraciado. Con un poder ilimitado y no has podido evitar que la historia de tu vida acabe como el culo.