Palabras desde otro mundo

08/11/2010

Asaltando Atenas (Versión ligera)

Filed under: — Javier Albizu @ 22:40

Aludiendo a la cultura helénica una vez más, tras triunfar sobre el modo de vida de ¡¡¡ESPARTA!!! (aunque sin muerte, sangre… CGI ni cuerpos sudorosos y aceitados) ahora dirijo mi mirada hacia otra de las conquista de otra de las polis de la Grecia clásica.
Quizás os preguntéis sobre que toca el desvarío de hoy.
El ya clásico ¿Qué se ha metido este hoy?
A lo que os responderé: Nada, sigo siendo un… eeee… tío de taitantos muy sanote.
Simplemente, os diré: Lo he vuelto a hacer.
¿El qué?
Me he vuelto a meter en otro embolado de los míos.
¿Que me deje de metáforas y os diga de que se trata esta vez?
Vale: Me he apuntado a hacer un bachillerato (tecnológico) a distancia (aunque aquí, en Pamplona)
¿Tanta paja para esto?
Sí, para esto y un poco más.

Para comenzar, lo haré siguiendo la manera habitual. Dando un rodeo.
Porque aquí hay un culpable claro y destacado.
Pues la culpa, como de costumbre (aunque sólo en un principio) la tiene Daegon. Porque claro, la cosa luego continuaría por unos derroteros, no por lógicos, menos inesperados (y, si no dejáis de leer aquí, os vais a tener que tragar toda la historia, avisados quedáis)

A principios de año, cuando retomé el largo tiempo postergado juego de rol de Daegon, me planteé hacerlo por varios frentes.
Uno (o primero) obviamente, la reescritura de todo el material de trasfondo que ya tenía escrito.
Dos (o… bueno, confío en que lo deduciréis vosotros solitos) el tema de la web.
Y tres (o…eso) el tema gráfico.

Las cuestiones primera y segunda, entran (más o menos) dentro de mis (enormemente limitadas) capacidades. La tercera (muy a mi pesar) se sale un poco (vale, bastante) de mi campo de acción habitual.
No es que no quiera dibujar, es que soy un muñón y nunca le he dedicado a esa faceta mía el tiempo necesario como para sacar unos resultados satisfactorios.
Así que empecé a (re)escribir. Primero despacito, para luego plantearme el seguir un ritmo concreto. A la vez, también me puse a practicar con el lápiz apoyándome en un libro muy interesante llamado «Aprende a dibujar con el lado derecho del cerebro» (lo cual, aunque a simple vista, pinte un tanto doloroso, no lo es en absoluto)
Coincidió que, junto a un periódico (ya ni me acuerdo cual) comenzó a salir un curso de dibujo y pintura. Así que, confiado yo, compré unos cuantos de sus fascículos «Cuando acabe con el libro, empiezo con el curso» – me decía. Pero no acabé con el libro, ni continué practicando el dibujo (una vez más)

Así irían pasando los meses y saliendo las páginas de texto de manera regular. Y, de la misma manera, iba «acercándose» la necesidad de darle un aspecto «visual» a mi mundo.
Decidido a lanzarme a lo loco, contacté con varios ilustradores (no demasiado) decidido a delegar (previo pago) en otra persona el aspecto gráfico de mi pequeñin. Así que también comencé a mandar correos a varios artistas que encontré por la red y que me gustaron. Tres de ellos ni siquiera me respondieron. El cuarto me dio un precio bastante razonable, pero andaba con mucho jaleo, así que, mucho me temo que tardará bastante tiempo antes de que pueda ponerse con algo que le va a reportar escasos beneficios en comparación a su trabajo habitual.
Ante esta perspectiva, volví a la opción de ponerme manos a la obra con el dibujo. Pero esta vez en serio. Nada de seguir mi tónica habitual de «aprendo lo que me hace falta para este momento en concreto». Se acabaron las medias tintas. Como me conozco, me iba a «forzar» a estudiar; Me iba a apuntar a un bachiller artístico, ya fuese nocturno o a distancia.

Pero claro, para tocarme un poco la moral, en Pamplona no existe ninguna de esas dos posibilidades.
Mirando por internet, vi que tanto en Badajoz, como en Madrid y País Vasco (por Barna me suena que también, pero como la página estaba sólo en catalán no le dediqué demasiado esfuerzo) sí que existía esa opción.
Investigando un poco, y en una nueva muestra de el odio que me profesa el mundo de la educación (a mí y sólo a mí) por muy «a distancia» que sean en teoría esos cursos, tienes que ir a hacer los exámenes de manera presencial a los lugares en los que se imparten.
¿Que implica eso?
Veintisiete exámenes anuales (con suerte, y si no hay suspensos) en días sueltos, con sus correspondientes viajes a los centros de estudio. Vamos, dejarme una pasta en viajes y/o/u alojamiento, a lo que añadiríamos el invertir todas mis vacaciones en hacer los exámenes.
Vale, en el caso del País Vasco, igual podía permitírmelo dependiendo de las horas de los exámenes, pero había un pequeño problema: Una de las asignaturas es euskera, donde mi conocimiento se reduce a cosas como Kontuz Goku o Madarikatua.
Conclusión: Igualmente inviable.

¿Vale, y como llegamos desde aquí hasta el Bachillerato tecnológico?¿No son conceptos un tanto… antagónicos?
Podría decirse que sí. Pero siempre he sido una persona llena de contradicciones.
Pero la respuesta a esta pregunta es muy sencilla.

Mientras miraba las posibles opciones formativas que tenía a mi disposición, vi que entre ellas se encontraban algunas de mis bestias pardas. O lo que es lo mismo: Matemáticas y física (entre muchas otras)
Así que me dije; “Ya que estás lanzado a forzarte con algo que necesitas, quítate esta espina de una puñetera vez”

Yyyyy… continuará en la versión “Sesuda”.