Palabras desde otro mundo

22/08/2005

Celebraciones

Filed under: — Javier Albizu @ 18:57

¿Que significan las celebraciones?
Hace un año que paso esto.
Hace (mas o menos) trescientos sesenta y cinco días (caso de no ser un año bisiesto), cinco horas, cuarenta y ocho minutos y cuarenta y seis segundos (esto lo he mirado en el diccionario. Pensaba que solo eran los días, pero los hay puntillosos y se dedican a calcular esas menudencias) desde un evento de mayor o menos trascendencia.
La tierra se encuentra en la misma posición con respecto al sol que el día que sucedió tal o cual efeméride.
¿Qué significan las celebraciones?
Pues nada en concreto.
Bueno, nada en concreto objetivamente, salvo que el mundo sigue dando vueltas alrededor del sol sin alterar su orbita (o eso dicen los científicos). Porque dentro de nuestra subjetividad y nuestros propios varemos, el cambio de un día a otro puede significar una miríada de cosas, despertar en nosotros la mas amplia gama de emociones.

Hay que ver las cosas que nos da la cultura popular. Pero claro, yo no voy a ser el que se queje porque me den fiesta gracias a que unos tipos dicen que un crío nació un veintitantos de enero, o porque otros (o los mismos, que no tengo ni idea de quien es el que se inventa estas cosas) dicen que el año (¿solar?) comienza el uno de enero, y que el día seis vienen unos tipos y te traen regalos. Porque un grupo de tíos se reunió para firmar un papelote, o porque noseque tío, al que una gente llama santo, nació o murió en tal día. Nosequien le abrió a otro el cráneo, se quedo con sus tierras, y/o/u les puso otro nombre.
Para mi todos esos días, esos nombres y esos eventos no significan nada (salvo un día en el que no curro) y me suelo enterara de que tengo esas fechas libres porque me lo dice alguien la semana o el día anterior.
Por otro lado están las fechas “realmente importantes”. Cumpleaños y aniversarios de gente diversa. Fechas que, mirándolas objetivamente tampoco tienen una relevancia real.
– Mira, la tierra ha dado nosecuentas vueltas al sol, y esta en la misma posición (ma o meno) con respecto a él que cuando naciste.
– Es verdad, hagamos una fiesta.
Vamos, que visto así, resulta una de las peores excusas que te puedes inventar. Y los cumpleaños y aniversarios no dejan de ser eso: una excusa para quedar con la gente (o una excusa de la gente para quedar contigo). Al final rara vez se respeta la “santidad” de esas fechas, y tienes que acabar quedando cuando coincide la fiesta oficial mas cercana.
La verdad es que molaría (aunque seria una sociedad de lo mas anárquica) si te diesen fiesta cada vez que algún amigo cumple años, yo al menos los cambiaría. “A ver, me quiten el día de San Crispulo el cuatro veces bendito, que acabo con los infieles, y me den fiesta el cumpleaños de fulanito”. Vamos, que yo firmo ya.
Ya estoy viendo a la gente:
– Oye, nunca he entendido porque te hiciste amigo mío
– Pues nada, que no tenia ningún amigo nacido el treinta de mayo. Ya solo me quedan veinticinco para no currar ni un solo día y cobrar legalmente.

Como de costumbre me he puesto a desvariar.
A lo que iba con todo esto es que, al contrario que las navidades, la semana santa o los San Fermines, así como el resto de fiestas de índole político, religioso o social me la sudan enormemente, si que me hace ilusión que lleguen los cumpleaños de mis amigos.
Quizás sea porque me da la ocasión de demostrarles lo que me importan (aunque para eso cualquier fecha es buena). Quizás por la dinámica del juego “no se que me vais a organizar nada, y ya veréis que cara de sorpresa pongo”. Quizás porque se que voy a ver a gente a la que no veo a menudo. Quizás son los restos de mi humanidad que pugnan con dureza negándose a sucumbir al dominio de la lógica.

Pues eso, que no hay ninguna razón esgrimible lógicamente (y digo lógicas, no emotivas) para justificar la existencia de los aniversarios. Y que siga.