Palabras desde otro mundo

17/01/2005

Demasiado tiempo siendo yo

Filed under: — Javier Albizu @ 18:49

Decid que si, venga, tontos, que ya se que lo echabais de menos. Dado que la semana pasada me salte el orden anarco-coronológico de mi diario, pues hoy vuelvo a la carga con mis desbarres filosóficos, que ya me estaba costando. Ya puesto a romper el ciclo (pero no os alegréis, vosotros que teméis el momento en el que os mencione, que no tardara en llegaros el momento).

Mi desbarre de hoy viene a cuento de una pequeña conversación que tuve con Antonio hace un par de semanas (la noche del viernes siete, al sábado ocho de enero) en las caballerizas. Serían cosa de las dos de la mañana.

Estaba yo tranquilamente sentado en una silla, cuando se me acercó el mencionado Antonio, y me dijo que me levantase a hablar con la gente. Mi respuesta fue que no (sorprendidos, ¿eh?). Comenzó entonces una encarnizada lucha dialéctica. Bueno, lo cierto es que no. Antonio me conoce desde hace tiempo, y sabe lo cabezón que puedo llegar a ser.
El (al igual que al parecer muchos otros), parecía creer que si se me da un empujoncito, me animaría a abrirme (o a bailar, como pretendía Nuria durante la boda de Quike).

¿Es tal cosa cierta?

Si pero no. Olé, que respuesta me he cascado (en la linea de mis respuestas claras concisas y sin lugar a equivocación en su interpretación), tranquilos, que ahora me explayo un poco mas.

Ciertamente, hay momento en los que puedo necesitar un pequeño empujón para realizar según que cosas, que se me muestre una confianza antes de que yo me la tome. Pero esto es algo en el mero sentido de las relaciones personales. Fuera de ellas, se podría decir que soy una persona distinta.

En el campo de las relaciones sociales no personales (vamos, con gente a la que no conozco, o que no me importa), no tengo problema en preguntar y/o/u ser pelma, al fin y al cabo están para eso (no para molestarles, sino para atender a quien corresponda). Si que hubo un tiempo en el que esto me suponía un problema, pero ya quedo felizmente atrás.
Volviendo al tema de la relación social – personal, me remito nuevamente a una de mis primeras columnas (El pueblo quiere saber), para las razones por las cuales no practico mas la comunicación grupal de bar.

Si bien es cierto que ha habido momentos en los que me habría gustado integrarme mas dentro de un grupo, también es cierto que esta necesidad rara vez surge en la actualidad, ya sea por mi actual estado de animo, o bien porque ya me aceptado tal y como soy, y no veo nada malo en ello, he ahí la razón del “demasiado tiempo siendo yo mismo” que titula esta columna, y que le dí como respuesta a Antonio.
Mi manera de ser no me parece para nada «equivocada», quizás pueda parecer extraña, lo reconozco. Pero si actúo de la manera en la que lo hago, no es por una intención de causar extrañeza, sino porque es así como surgen las cosas en mi. Bien es cierto que muchas veces me contengo, pero mucho me temo que eso también es parte de mi naturaleza. Una parte a pulir y con la que no estoy completamente contento, pero parte mía al fin y al cabo. Pero con el tiempo todo se andará.

Volviendo a la situación de la noche anteriormente mencionada, y que originaba esta disertación. Antonio consideraba que mi “alejamiento” del grupo, estaba dado por mi timidez, cuando no era así (no me refiero a que yo no sea tímido, sino que en ese caso en particular no era lo que me hacía actuar así). Se podría decir que no soy una persona “grupal” (me encuentro mas comodo en las situaciones con un grupo pequeños, no superior a tres – cuatro personas), asi como tampoco soy una persona “de bar”. Las conversaciones que se dan en esa clase de locales rara vez me interesan (no digo que nunca, en alguna ocasión se ha dado, pero han sido pocas). Así que si sumamos estos dos factores, mi manera de “pasármelo bien” en un bar, con mucha gente, pasa por varios factores.

Primero, tener espacio a mi alrededor. Cualidad indispensable para mi “disfrute” bareño. Segunda, que la música no este demasiado alta (si ponen música que me guste, tampoco voy a renegar). Tercero, que la gente se lo pase bien. A mi me vale con eso. Si estas condiciones no se cumplen, tiendo a preferir estar en otro lugar, por lo cual, me voy a otro lugar.
Si de vez en cuando algún desperdigado de las demás conversaciones se me acerca, yo encantado de hablar con el/ella. En lo referente a mi la noche ganará enteros, pero no voy a tratar de romper el ambiente sacando a colación alguna de mis dudas existenciales (a no ser que me lo pidan, claro).

A lo que iba. ¿Me sentó mal que Antonio tratase de hacer que me mezclase con la multitud?. Que va, todo lo contrario. Me pareció todo un detalle por su parte el preocuparse por mi, si me lo pasaba bien o no, y que tratase de animarme a hacer algo que el consideraba que me hacía falta. Me demostró que le importo (no es que hiciese falta, hace bastante que somos amigos, pero siempre se agradece). Agradezco todos esos gestos que hace la gente para tratar de hacerme “menos raro”, en serio. El que no (siempre) los siga, no quiere decir que no los aprecie, y tampoco quiere decir que siempre mi respuesta vaya a ser no.

El tiempo (y las situaciones) lo vera (iba a poner que lo dirá, pero el tiempo no tiene voz, así que es harto complicado que diga nada)(bueno, tampoco se si el tiempo tiene ojos, asi que esta aseveración tambien carece de cualquier valor, pero creo que me he explicado)(bueno, quizás no me haya explicado, pero confío en que lo hayais entendido).