Palabras desde otro mundo

Pues eso, por fin una expresión popular que considero cierta: “Rectificar es de sabios”. Y como soy una persona a la que le gustaría en algún momento llegar a estar mas cerca de la sabiduría que de la estupidez, pues he decidido rectificar.

¿En que?

En mi decisión de que los textos de Daegon sean los primeros en tratar de publicar.
Como comentaba en la columna de la semana pasada, llevo ocho meses con un relato, y no he conseguido nada. Así que me dedico a darme de cabezazos contra la pared para nada, y dejo aparcados otros proyectos que es probable (no es probable, es seguro) que surjan con mayor facilidad.
Como ya dije en su momento, esa opción era la mas fácil, y por eso la desechaba. Pero me he dado cuenta de que no estoy preparado para llevar a cabo (al menos por ahora) la opción “difícil”. Por mucho que me empecine, por mucho que “sienta” que me estoy fallando a mi mismo, esa es la verdad, y con esta actitud lo único que logro es no hacer nada. Y eso (nada) es lo que no quiero hacer (¿como se puede hacer “nada”?. Bueno, el análisis de ese oxímoron lo dejo para otro día).

¿Cuál es entonces mi decisión?.
Pues la obvia, los relatos de Ci-fi (aunque también tengo en mente otro relato que lleva danzando por ahí desde hacer un par o tres de eones, y que nada tiene que ver con Daegon o el universo del ermitaño. Quizás también lo escriba en estos días).
Así que el plazo de tiempo sigue igual, acabar seis relatos de ci-fi, repasar los cinco que tengo escritos, registrarlos, y empezar a mandarlos a editoriales. Bueno, ahora tengo unos cuantos meses menos que cuando empecé con esta cuenta atrás, pero confío en poder hacerlo.

Por supuesto, no tengo ninguna intención de abandonar Daegon. Ya sea con la crónica de las partidas que mando a la lista de correo (aunque llevo unas semanas bastante vago al respecto), o con los relatos, que no van a dejar de dar vueltas entre mis dos neuronas, y que en cuanto logre transformarlos en letra, me apresurare a ello.
Como ya me dijese Pablo hace ya unos cuantos años “a escribir se aprende escribiendo”, así que empecinándome en escribir algo que no quiere salir, no voy a mejorar mi estilo ni mi capacidad de trasvasar imágenes mentales en textos.
Pero uno es cabezón como él solo, orgulloso (en el peor sentido posible de la palabra) y cabezón (ya se que lo he dicho dos veces, pero es que soy muy cabezón. Y van tres, pero ni siquiera con eso os podéis hacer una idea). Y eso se tiene que acabar (ojalá fuera tan fácil).
Así que nada. A escribir se ha dicho (cita friki al canto) “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes” a la que añadiría “Inténtalo, sino nunca sabrás si eras capaz o no. Y si fallas, al menos lo habrás intentado. Siempre hay mas de una manera de hacer las cosas, no te rindas si la primera ha fallado”