Palabras desde otro mundo

20/12/2005

Imposible de traducir

Filed under: — Javier Albizu @ 23:00

A ver, por donde empiezo.

Hay quien dice que la felicidad es un estado mental. Yo creo que esto es cierto… a medias, y falso en un gran porcentaje. Bueno, no es gran cosa, pero es un comienzo. Y ya en la primera frase, me desvío de lo que quiero decir. Esto va a ser difícil de superar.
Bien, esto de aquí arriba viene a cuento (aunque no demasiado) del concepto que quiero tratar hoy. El tema cultural. Pero no el tema cultural tratado de una manera sería, sino el tema cultural en el ámbito friki.
Por supuesto, hoy también voy a hablar de la subjetividad.

¿Es la cultura un estado mental? (cultura, entendida como la adaptación al entorno en el que te toca vivir). O lo que es lo mismo (o quizás no) ¿Hay valores que poseemos de manera innata, ajenos a los de nuestros progenitores, o la sociedad o grupo social en la que naces?

Ya dije hace tiempo, que el friki no se hace, sino que nace así (otra cosa es que niegue su frikismo condicionado por su entorno). Todos nacemos con unos gustos o instintos, y estos se desarrollan o descubren de manera natural según se va creciendo. Por otro lado están los hábitos adquiridos de manera artificial. Cosas que, pese a no “gustarnos” sabemos que son “necesarias”. Y para acabar, están esos gustos o instintos, que sabemos que no son buenos.
Y ya me he vuelto a salir del tema. Este frío me esta congelando las neuronas.

A lo que iba (a ver si a la tercera va la vencida).
Este fin de semana, viendo un programa de crítica de cine, hablaron de una película china (y de chinos): Siete espadas. Lo cierto es que no ponían nada bien la película, cosa que tampoco me extrañó. No he visto la película (los muy traidores, pese a anunciarla durante toda la semana pasada, no la han estrenado en Pamplona), pero si que he visto alguna película mas de este director, así que puedo deducir que es lo que me espera de la susodicha película: Epica, tortas (o tajos) como panes, y una historia en la que no me voy a enterar de casi nada, aunque si que podré intuir por donde van los tiros.
Mola. Pero no es la típica película que gusta a los críticos de cine. La crítica fue algo así como: Gustara a los que les gusten este tipo de películas. Toma perogrullada. Vamos, que gustará a lo que les gusten las películas de chinos. Los que vayan a ver tortas sin demasiado sentido.

Las películas de chinos (al contrario que las italianadas de las que hablé unas semanas) no están hechas para (o con la única idea de) ser explotadas en el mercado internacional. De acuerdo, hay tipos como Jackie Chan, o Jet Li cuyas ultimas películas si que lo han sido. Pero no han sido películas “de chinos”.
Lo que nosotros englobamos bajo ese único género, son un montón de sub géneros en si mismos. Están “las de animales” (no creo que ellos las llamen así, pero es un apelativo que me hace gracia) en las que se enfrentan distintos tipos de estilos de kung-fu basados en los movimientos de las especies a las que hace referencia la escuela: El tigre a la sombra del águila, El mono borracho, y cosas por el estilo. Están las Wu Xia (o películas de espadachines): Zu; guerreros de la montaña mágica, The Storm Raiders. Dentro de estos dos géneros, también habría variantes fantásticas, o históricas (o las dos cosas): Tigre y Dragon, Erase una vez en China, Hero.
Estos dos géneros son los dos que más o menos me suena, pero los chinos tienen un ciento más.
¿Qué es lo que pasa?
Pues que son chinos. O sea, que a parte de ser bajitos, pálidos y con ojos raros, viven al copón bendito de distancia de aquí, y si, tienen una cultura que ahora nos suena un poco (pero muy de lejos), pero seguro que a los primeros demonios occidentales de ojos redondos que se los encontraron, les parecerían poco menos que alienígenas (bueno, supongo que ellos utilizarían la expresión “demoníaco”).
Para ellos el darse de tortas, debe ser como para nosotros jugar a las canicas, o jugar a fútbol en el recreo cuando éramos críos. Claro, con tanta hostia en la cabeza, luego se les tuercen las ideas, y no nos enteramos de la mitad de lo que pretenden decirnos.

Ahora un poco mas en serio (pero tampoco demasiado).
Cuando esta gente hace una película, cuenta un chiste, o te dicen que esa piedra que acabas de pisar es un dios (si, también incluyo a los japoneses como “chinos” aunque seguro que eso les repatearía las tripas a según que miembros de ambas etnias), o estornudan, dan por supuestas una serie de cosas.
Un ejemplo (no se cuantas veces habré dicho esto en persona, pero es que me encanta): No se si alguno os habréis fijado alguna vez. Ya sea en anime, o películas japonesas, hay un montón de escenas que comienzan con un tipo (o tipa) estornudando.
¿Por qué?
Los japoneses consideran que si estornudas, es porque alguien esta hablando de ti. Generalmente esas escenas de estornudo, suelen ser precedidas por alguien hablando de la persona que estornuda.
Chorrada o no, usted decide.

Pero es que ellos son así. Que son raros. Hace un tiempo, me comentaba Patxi, que a una de sus profesoras de japones (japonesa ella, y budista) no le entraba en la cabeza eso de que no creyese en la reencarnación. Que te mueres, y ya esta, eliges una de las tres puertas, y solo en una tienes premio (aun se le hacia mas difícil de pillar lo que lo que esperan los ateos cuando cascan).

¿Qué quiero decir con todo esto?
Pues que para nosotros todo esto es algo de cajón. Que lo vemos en una película, y no pasa nada, pero para esta peña (o gran parte de ella) debe ser algo flipante. Vamos que no lo pillan. Y dirán: Que raros son estos occidentales. No me entero de lo que me están contando.

Hay cosas que no se pueden traducir. Conceptos que tienes que saber, o te tienen que explicar para poder entender (que no obligatoriamente apreciar) lo que te están contando (luego, pese a que sepas de que te están hablando, te puede seguir pareciendo una soplapollez). Yo creo que por ahí iba los tiros en “Lost in translation”. No deja de tener gracia que no tradujesen este titulo ¿pensaban que nos íbamos a perder el significado?
Aunque, pensándolo mejor, casi nos hicieron un favor. Ya estoy viendo traducciones como “Traducción letal” o “Pérdida fatal”.

Yo, en otra vida debí ser algún budista que creía en la reencarnación, y que hizo algo tan malo que le toqué en suerte en su siguiente vida. Lo digo porque, pese a tener poca (por no decir ninguna) idea del “chinese way of life”, me suelen caer simpáticos. Vamos, que muchas veces no pillo por donde van al hacer según que cosas, pero parece ser que una parte de mi si que se entera, y le dice a mi cerebro que mola, pese a no decirle porqué.

Algún día tengo que hablar o alimentar a ese chino para que me explique porque se ríe, se emociona o porque llora, cuando otros solo ven tortas como panes.