Palabras desde otro mundo

30/05/2006

Si yo fuera ri-co

Filed under: — Javier Albizu @ 22:43

En alguno de los comentarios que han aparecido por la columna de la semana pasada (hablo como si tuviese cientos de comentarios cada semana), se parecía adivinar una tendencia por parte de aquellos que exponían esas palabras, sobre un posible cambio de mi actitud para con mis actuales amistades, llegado el (improbable por no decir imposible… Bueno… que cojones) imposible caso de que a algún incauto se le ocurriese publicar mis textos, y a algún que otro millar de millones de personas se les ocurriese comprarse tan improbable (así ya uso las dos palabras) acumulación de despropósitos literarios (joe, que frase más larga)
Pues bien. Uníos a mí, y pronunciemos las palabras mágicas que nos llevarán a recorrer la miríada de dimensiones alternativas que se encuentran a tan solo una leve pulsación vibracional de nosotros.

Si yo fuera ri-co (léanse al ritmo de la canción del violinista sobre el tejado)

Se ha abierto la puerta dimensional, ¿no?
Caso contrario es que no se han leído con la debida intensidad o emoción.
¿Ya?
Bien, crucemos el umbral.
A vuestra derecha se encuentra mi yo de la realidad pi-beta-n, en la que soy millonario gracias al narcotráfico. Por ahora pasaremos de esta.
Un par de pasos más adelante, mirando en un ángulo de cuatrocientos sesenta y once grados dirección a la intersección gausiana, llegamos a la dimensión alfa-tango-charlie, en la que soy millonario gracias al mis encargos como mercenario y asesino no-oficial para el gobierno estadounidense. No. Esta tampoco me mola.
Avanzamos unos pasos, descendemos hacia arriba menos cuatro pi sextércios de pársec y llegamos a alfa-alfa-alfa, la dimensión en la que soy un gigoló millonario… y… estoy… rodeado… de… mujeres… exuberantes… y…
РC̩ntrate
– ¿Perdona?
– Que aquí tampoco querías llegar.
– ¿Seguro?
– Sí.
– ¿Y no me puedo quedar un poco más?
– No.
– Vengaaaa, solo un poco maaas.
– Que nooo.
– Pero es que quiero saber como sigue.
– Hombres…
– Ay, Ay, Ay. Vale, tampoco hay que ponerse violenta, ya me voy.
Snif, snif. Avanzando un poco más (léase esto con un tono de voz notoriamente desilusionado)
– No me llores.
– Vaaaale.
Ahora pasamos por delante de la dimensión en la que soy millonario como estrella de la canción folclórica.
Otra en la que lo soy como acordeonista de fama multidimensional.
Aquella en la que soy gracias a mis dotes como bailarín.
En esta mis millones llegan gracias a mi carisma y los discursos que doy como telepredicador.
Ladrón de bancos.
Creador del sistema operativo que destruye al windows.
Aquí esta. Ya hemos llegado. La dimensión en la que soy millonario gracias a las ventas de mis libros. Pasen y vean.
Ah, pues mira tú por donde, se parece bastante a lo que me gustaría que fuese mi vida como millonario.
Vivo en una casa como esta misma. Les he pagado las deudas a la familia y los amigos y tengo una gran mansión-castillo con montaña privada, playa privada, piscina cubierta y al aire libre, y una habitación con todo lo que quiere para cada uno de mis amigos para cuando vienen a visitarme (cabrones, vienen, se meten en sus habitaciones y no me hacen ni puñetero caso. Si llego a saberlo…)
Aiba, mira. En esta dimensión tampoco me como una rosca.
Sí. Definitivamente. Esta es una aproximación bastante fidedigna a lo que sería mi vida si me sobrase la pasta por todas partes.
¿Veis como no era para tanto?