Palabras desde otro mundo

23/11/2009

Zaragozando

Filed under: — Javier Albizu @ 00:46

Este pasado viernes, aprovechando que el Pisuerga pasa… por dónde sea que pasa, y que los zaragozanos montaban la Retromañía, el amigo G y un servidor de ustedes (y de los otros dioses) tras salir de currar, nos subimos al retromóvil y nos pasamos por las tierras mañías.

Como la retro se celebraba junto a la “II semana de la ingeniería” y se ubicaba en centro politécnico superior de la universidad de Zaragoza, estaba supeditada a sus horarios. Así que, mientras nos dedicábamos a pasear por la planta baja mirando las vitrinas con ordenadores viejunos, podíamos ver a la gente aún en las aulas. No deja de parecerme curioso que sólo he pisado las universidades para eventos frikis (bueno, salvo una vez que me tocó llevar un piano a la privada)
En la exposición, aparte de las clásicas maquinas de ocho bits domesticas, pudimos deleitarnos con la visión de un NeXT Computer, varios modelos de estaciones Sparc de SUN y unos cuantos mainframes desmontados. La pena fue el no poder verlos en funcionamiento.
A escala un poco más pequeña, también pudimos fragmentos de cinta perforada, discos de ocho pulgadas, trozos de memoria de ferrita o un disco duro más grande que una fuente de alimentación.
Nota mental: Si vuelvo el año que viene, no debo olvida el comprar una maza para reventar las vitrinas y traerme para casa todo lo que encuentre en mi camino.

En la primera planta la exposición continuaba con nuevas vitrinas a reventar, esta vez repletas de consolas (entre las que se encontraba una Virtual boy). Junto a ellas, montones de niños tirados por el suelo haciendo “pixel-art” con cuadrados de colores imantados bloqueaban el acceso al juegódromo.
Ante la imposibilidad de descargar nuestras necesidades lúdicas, continuamos nuestro camino hasta el final del pasillo. Del umbral de una puerta entreabierta, como si se tratase de cantos de sirena, salían deliciosos sonidos que nos invocaban, atrayéndonos hasta su fuente. Sin duda estaban generados por los poderosos chips monofónicos de nuestras adoradas paleomáquinas. Pero al cruzar el marco nos encontramos algo mejor; Ahí estaban los incombustibles Zylog y Eduardo Mena terminando de demostrar todo lo que son capaces de hacer los cachivaches que todo el mundo considera obsoletos. Digo terminando porque ya estaban desmontando el chiringuito. A ver cuando hacen estas cosas en fin de semana para que podamos acudir los currantes. Porque perderme la cacofonía del Retroconciertazo me fastidió, pero el martes habían dado una charla los señores Alfonso Azpiri y Juan Giménez sobre los tiempos gloriosos del software español, y eso si que me dolió perdérmelo. Al menos Zyloj me confirmo que estaba grabado, así que esperando estoy a que lo cuelguen por algún lado.

Al salir de la sala, la entrada al juegódromo ya se había despejado, así que pasamos desahogarnos. Empezamos con una partida a la secuela del Tempest Tubes para la Atari Jaguar (Tempest 2000), seguido del intento de hacer funcionar un juego para el Amiga CD32 (que no hubo manera). A esto le siguieron un par de partidas el Cobra en un spectrum pero, el triunfador de la noche fue el Nemesis 2 en un MSX 2, y ya que había tanto dos por ahí suelto… pues jugamos a dobles. Mientras uno manejaba la nave, el otro iba seleccionando las mejoras. Seguro que más de uno se nos quedó mirando mientras gritábamos “Artillero, dame speed” o “No, el doble no, ahora tocaba el option” Ahí nos quedamos alternando los controles, partida tras partida, hasta las ocho y media que vimos que esta gente empezaba a recoger.

Tras despedirnos de esta gente, procedimos a adentrarnos entre las obras de Zaragoza a la busca y captura de un aparcamiento. Habíamos quedado con la tropa webcomiquera maña para cenar. Después de fracasar en nuestro intento de encontrar un aparcamiento cerca de donde habíamos quedado, atracamos el retromovil en Kazajstan del norte y nos adentramos caminando en los peligros de la noche zaragozana.
Al final peligros, lo que se dice peligros más bien fue que no hubo. Diversión sí, a montones (para alguno incluso por motivos ajenos a los allí reunidos)
Aparte de Morán, a quien ya conocía, se nos unieron Marcos, Ana e Iván que además de una conversación de lo más entretenida nos dieron una lección de lo que es una auténtica “Tormenta de ideas post-alcohólica”
Pero como siempre, lo bueno se acaba, y nos volvimos esa misma noche a Pamplona. Aunque no creo que tardemos en volver a vernos, ya que es muy probable que volvamos por esas tierras para el Salón del cómic de Zaragoza.

Va a terminar por resultar que no esta tan mal mañolandia.