Palabras desde otro mundo

11/01/2011

Devolvedme mis magdalenas (cabrones)

Este sábado me reuní con el amigo Multimaniaco en una de sus visitas a la tierra que le hospedase durante tanto tiempo. Como no podía ser de otra manera (para dos nostalgiadores natos como nosotros) en una conversación de bar a las tantas de la mañana (bueno, tampoco eran las tantas de verdad, pero se acercaban. Diremos que las “casi” tantas de la noche) surgiría el tan peliagudo tema la memoria, los sentidos, la repostería/bollería industrial y el su vinculación con el señor Marcel Proust.
Una vez que me las he dado de intelectual, me doy paso a mí mismo para divagar un rato sobre lo de siempre.

Vivir, lo que se dice vivir, lo he hecho sólo en dos ciudades: Alsasua y Pamplona.
De la primera de ellas, tengo bastantes recuerdos y podría hacer un mapa de por donde me movía (nos mudamos a Pamplona cuando tenía cosa de ocho años, así que tampoco es que mi radio de acción fuese demasiado amplio)
Tengo (creo, confío y espero) buena memoria. Recuerdo a mis amigos, y a los padres de uno de ellos. Recuerdo la tienda de deportes y el bar en el que trabajaba una tía mía. Por supuesto, recuerdo mi casa y la discoteca de mi padre. Incluso guardo gratos recuerdos de los colegios por los que pasé, aunque no logro ponerles nombre más allá de los cursos que pase en ellos.
Para cada uno de aquellos lugares tengo una ubicación clara y definida en mi diminuto “Mapa conceptual de Alsasua”. Incluso podría localizarlos sin problemas en un plano de la ciudad (siempre que fuese uno de finales de los setenta)
Pero en mi cabeza hay otro mapa. Uno con unas cuantas “X” emocionales que indicarían las localizaciones de las que tengo un recuerdo más sentimental que visual. Lugares en los que no pasé tanto tiempo pero que dejarían una marca igualmente indeleble. Lugares que también sabría ubicar sin problema en ese mismo mapa, pero no sería capaz de describir. Gestadoras de mis futuras aficiones y museos fantasma de mi pasado.
Hace mucho que no voy a Alsasua, pero recuerdo perfectamente el girar la cabeza buscando aquellos emplazamientos místicos que ayudaron a forjar quien soy. Pero ya no están ahí. Han sido sustituidos por otros negocios y locales que, por más grandes o modernos que sean, no son capaces de ocultar a mis ojos los espectros de aquello que me marcó.
Ya no están los (“mis”) puestos de revistas donde mi padre me compraba los tebeos y los soldados paracaidistas de plástico, ni el salón recreativo (ahora hay otro, pero es un lugar lóbrego y botellonesco) ni el almacén donde el padre de mi amigo Rafa tenía las máquinas en toda su gloriosa desnudez electrónica.

Y nos vinimos a Pamplona; tierra ignota, tierra de maravillas sin fin. Una Pamplona distinta a la que vivimos hoy. Un lugar de expediciones y descubrimientos.
Al principio, cada esquina ocultaba una librería, un lugar en el que entrar y mirar “que había salido”. El tiempo era algo relativo, los tebeos no tenían cadencia. No eran semanales, quincenales o mensuales, sino “los que había”.
Cuando creías tener una ruta perfecta, veías por el rabillo del ojo una callejuela con un estanco o una papelería que no conocías, y entrabas, y el tendero te miraba mal mientras estabas de cuclillas revisando la mercancía.
Y llegaron los ordenadores, y a las librerías y papelerías se añadieron las tiendas de electrodomésticos o de electrónica. Y llegó la eclosión de los video-clubs, y cada día te sacabas el carné de uno nuevo. Y llegaba el momento en el que superabas tu timidez, y entrabas en los bares para ver que máquina tenían. Y empezabas a jugar a rol, y tu espectro de locales en los que descubrir “algo”, de locales con “posibilidades”, se ampliaba aún más.
El mundo era un lugar lleno de recovecos por investigar. Un lugar inundado por el “sentido de la maravilla”. Un lugar que ya no existe.

Ahora paso por esos sitios y también veo los espectros de lo que fueron. Nunca más diré en Perseo que le apunten a mi padre los tebeos que me llevo, ni descubriré en Macoe a los Alpha Flight de Byrne. No más caratulas de Mastertronic en Arévalo Micro Sistemas o Noain. No más carátulas Boris Vallejo para las películas de vídeo italianas en el Irache o el Urdax. No más alquileres en el Supermercado del cassette.
La especialización mató a la estrella de la descentralización. La certeza de lo que hay a la esperanza de lo que podría haber.

Camino por la ciudad y continúo girando la cabeza en los mismos lugares, pero ellos ya no están ahí. Se han ido y no puedo evitar echarlos de menos.

03/10/2010

Retro Navar 2010

Filed under: — Javier Albizu @ 02:11

Hace un par de semanas se celebro la Navarparty. Amparada bajo su protector abrazo y coincidiendo (bueno, más que coincidiendo, pegado cual vil sanguijuela) con la octava edición de tan magno evento, ahí estaba yo. Cargado con mis cacharros viejunos me afiancé en el espacio que me habían cedido y monté por segundo año consecutivo la sección retro. Ergo, la RetroNavar había vuelto.
Y hubo gran regocijo.
Bueno, al menos lo pasamos bien.

De todas formas, no os voy a dar mucho la vara con lo que hice o dejé de hacer allí. Como ya comentaba el año pasado, las máquinas no me sorprendieron… porque todas eran mías. Así que a ese respecto no voy a decir gran cosa.

De lo que sí que quería hablar por aquí es de los señores (y señoras) que montan la Party. De ellos y de lo bien puestos que los tienen.
Porque este año de crisis, pese a que tenían menos tiempo, menos medios y menos de todo (¿Para que vas a promocionar o dar subvenciones a algo que que atrae a gente de fuera de tu provincia?) dijeron; Aquí estamos nosotros, sus vais a cagar, y se lanzaron en plan kamikaze a hacerlo porque ellos lo valían.
Así que, ante algo así solo puedo decir: Ole por vosotros.

Pero bueno, vamos con lo nuestro y, para ello, comenzaremos con lo primero: El trabajo previo a la party.

Durante las semanas anteriores a la Navar me dedique a recopilar información (principalmente técnica) sobre mis aparatos, para currarme unas fichas con sus características que poner junto a ellas.
El año pasado la cosa me quedó un poco desangelada (mucho aparato, pero nada de información sobre ellos, más allá de la que yo pudiese dar en el momento) Así que, gracias a una sugerencia de Arcan, me puse manos a la obra.
La verdad es que me sorprendió lo complicado que me fue conseguir la información de algunas de las máquinas más “comunes” y descubrir lo que tenían en su interior algunas de ellas (ya fuese por que esperase algo más “potente” o porque no me sonasen de nada aquellos procesadores)
Por si os entra la curiosidad, aquí tenéis el PDF resultante de mi investigación. Faltan dos o tres máquinas por listar, pero ya la iré alimentando según vayan llegando nuevas adquisiciones.

Mientras preparaba la documentación pensé en la posibilidad de dar alguna charla sobre la historia de la informática “personal”, pero al final opté por dejarlo pasar para otra ocasión. Entre que no soy alguien especialmente versado en dar conferencias y mi escasa capacidad como comunicador verbal (ante grupos de gente) opté por no martirizar al pobre desgraciado que tuviera la desgracia de pasarse por ahí.
De todas formas, muy posiblemente ese proyecto acabe apareciendo por aquí para martirizaros a vosotros (durante unas cuantas laaaargas y tediosas entradas) cuando termine alguna de las series de entradas que tengo en curso ahora mismo.

A falta de la recreativa, me llevé por allí un ordenador con el MAME y cuatro mandos, que fue lo que más atención atrajo entre los que pasaban por ahí.
Aparte de eso, también di a los curiosos la posibilidad de jugar con otros clásicos. En una tele tenía conectados un Commodore 128D (donde fui rotando varios de mis juegos favoritos: Traz, Tetris, Cybernoid 1 y 2, Netherworld, Marauder, Nebulus o Phantomas 2) una Nintendo NES (con el Super Mario Bros) y un Spectravideo MSX (con el Knightmare, La corona encantada y Phantomas Infinity). También irían rotando por allí una Nintendo 64 (con el Super Mario 64, Perfect Dark y Goldeneye) o la PC Engine (con un par de juegos japoneses injugables aunque muy llamativos)
En la otra tele de la que disponíamos (ambas gracias a los chicos del Euskal Encounter) tenía conectados una Sega Master System (con los dos primeros Sonic y el Alex Kid) una Mega Drive (no podían faltar los clásicos Golden Axe y Altered Beast) y un Spectrum +2
Aquellos que lo desearon también pudieron probar varias consolas de mano: Dingoo A320, Game Park GP32, Atari Lynx, Ninyendo Game Boy y Sega Game gear, y cacharrear con tres de Macs (SE, Performa y Powerbook)
A ver si el año que viene puedo poner a funcionar alguna cosilla más.

23/11/2009

Zaragozando

Filed under: — Javier Albizu @ 00:46

Este pasado viernes, aprovechando que el Pisuerga pasa… por dónde sea que pasa, y que los zaragozanos montaban la Retromañía, el amigo G y un servidor de ustedes (y de los otros dioses) tras salir de currar, nos subimos al retromóvil y nos pasamos por las tierras mañías.

Como la retro se celebraba junto a la “II semana de la ingeniería” y se ubicaba en centro politécnico superior de la universidad de Zaragoza, estaba supeditada a sus horarios. Así que, mientras nos dedicábamos a pasear por la planta baja mirando las vitrinas con ordenadores viejunos, podíamos ver a la gente aún en las aulas. No deja de parecerme curioso que sólo he pisado las universidades para eventos frikis (bueno, salvo una vez que me tocó llevar un piano a la privada)
En la exposición, aparte de las clásicas maquinas de ocho bits domesticas, pudimos deleitarnos con la visión de un NeXT Computer, varios modelos de estaciones Sparc de SUN y unos cuantos mainframes desmontados. La pena fue el no poder verlos en funcionamiento.
A escala un poco más pequeña, también pudimos fragmentos de cinta perforada, discos de ocho pulgadas, trozos de memoria de ferrita o un disco duro más grande que una fuente de alimentación.
Nota mental: Si vuelvo el año que viene, no debo olvida el comprar una maza para reventar las vitrinas y traerme para casa todo lo que encuentre en mi camino.

En la primera planta la exposición continuaba con nuevas vitrinas a reventar, esta vez repletas de consolas (entre las que se encontraba una Virtual boy). Junto a ellas, montones de niños tirados por el suelo haciendo “pixel-art” con cuadrados de colores imantados bloqueaban el acceso al juegódromo.
Ante la imposibilidad de descargar nuestras necesidades lúdicas, continuamos nuestro camino hasta el final del pasillo. Del umbral de una puerta entreabierta, como si se tratase de cantos de sirena, salían deliciosos sonidos que nos invocaban, atrayéndonos hasta su fuente. Sin duda estaban generados por los poderosos chips monofónicos de nuestras adoradas paleomáquinas. Pero al cruzar el marco nos encontramos algo mejor; Ahí estaban los incombustibles Zylog y Eduardo Mena terminando de demostrar todo lo que son capaces de hacer los cachivaches que todo el mundo considera obsoletos. Digo terminando porque ya estaban desmontando el chiringuito. A ver cuando hacen estas cosas en fin de semana para que podamos acudir los currantes. Porque perderme la cacofonía del Retroconciertazo me fastidió, pero el martes habían dado una charla los señores Alfonso Azpiri y Juan Giménez sobre los tiempos gloriosos del software español, y eso si que me dolió perdérmelo. Al menos Zyloj me confirmo que estaba grabado, así que esperando estoy a que lo cuelguen por algún lado.

Al salir de la sala, la entrada al juegódromo ya se había despejado, así que pasamos desahogarnos. Empezamos con una partida a la secuela del Tempest Tubes para la Atari Jaguar (Tempest 2000), seguido del intento de hacer funcionar un juego para el Amiga CD32 (que no hubo manera). A esto le siguieron un par de partidas el Cobra en un spectrum pero, el triunfador de la noche fue el Nemesis 2 en un MSX 2, y ya que había tanto dos por ahí suelto… pues jugamos a dobles. Mientras uno manejaba la nave, el otro iba seleccionando las mejoras. Seguro que más de uno se nos quedó mirando mientras gritábamos “Artillero, dame speed” o “No, el doble no, ahora tocaba el option” Ahí nos quedamos alternando los controles, partida tras partida, hasta las ocho y media que vimos que esta gente empezaba a recoger.

Tras despedirnos de esta gente, procedimos a adentrarnos entre las obras de Zaragoza a la busca y captura de un aparcamiento. Habíamos quedado con la tropa webcomiquera maña para cenar. Después de fracasar en nuestro intento de encontrar un aparcamiento cerca de donde habíamos quedado, atracamos el retromovil en Kazajstan del norte y nos adentramos caminando en los peligros de la noche zaragozana.
Al final peligros, lo que se dice peligros más bien fue que no hubo. Diversión sí, a montones (para alguno incluso por motivos ajenos a los allí reunidos)
Aparte de Morán, a quien ya conocía, se nos unieron Marcos, Ana e Iván que además de una conversación de lo más entretenida nos dieron una lección de lo que es una auténtica “Tormenta de ideas post-alcohólica”
Pero como siempre, lo bueno se acaba, y nos volvimos esa misma noche a Pamplona. Aunque no creo que tardemos en volver a vernos, ya que es muy probable que volvamos por esas tierras para el Salón del cómic de Zaragoza.

Va a terminar por resultar que no esta tan mal mañolandia.

30/09/2009

Retro Navar 2009

Filed under: — Javier Albizu @ 23:45

No se si recordaréis que hace unos meses, mientras os hablaba sobre la RetroEuskal, os comenté que había comenzado a “fraguar maldades”
Pues bien, esas maldades de las que os hablaba, tomaron forma este pasado fin de semana, bajo el nombre que da título a esta entrada, y englobadas dentro de la séptima edición de la Navarparty.

Ahora, después de un pequeño descanso, procederemos a hacer un pequeño análisis-resumen de como resultó el evento.

Como no podía resultar de otra manera, siendo yo el crítico, y habiendo estado estado involucrado en el asunto, la cosa fue mejorable, pero bueno, como tampoco quiero pasarme de crítico, así que diré que, como mínimo, fue un inicio prometedor.

Empezaremos con los aspectos mejorables (así podremos acabar con un sabor de boca más agradable)
La cosa comenzó de una manera un tanto irregular ya desde su misma concepción. Porque yo no tengo nada que ver con la organización de la Navarparty es más, nunca había ido a una de ellas. Así que, cuando durante el Euskal Encounter de este año, entre la broma y el desafío, un amigo me hablo sobre la posibilidad de llevar algunas de mis maquinas viejunas a la party, tampoco le di demasiadas vueltas al asunto.
Pero las ideas se empeñaron en no quedarse quietecitas, y fueron llegando ellas solas mientras volvía desde Bilbao.
Así que al día siguiente le dije que sí, que vale, que por mi no había problema. Bueno, sí que había un problema: Yo tengo maquinas, pero no pantallas. Así que la gente que se pasase por allí no podría verlas en funcionamiento. Y claro, aquello le quitaba parte de la gracia al asunto.
Al final hubo una tele y conseguí tener conectados a ella cinco maquinas, pero obviamente sólo se podía trastear con una de ellas cada vez.
La gente se acercaba y curioseaba un poco, pero al no poder hacer nada con ellas se iba enseguida. Al estar dentro del recinto de la party, si quería entrar alguien ajeno a esta, tenía que pagar, lo cual echaba bastante para atrás a posibles visitantes que viniesen sólo a la sección retro.
Pero bueno, para haberlo preparado todo en menos de dos meses, con los presupuestos para actividades prácticamente cerrados y la organización hasta el cuello con los preparativos de última hora, fue un resultado más que digno.

Ahora lo bueno:
Y lo mejor de todo fue, como suele (y debe ser) la gente (claro, las maquinas que se exponían no me resultaron sorprendentes ni me dieron la más mínima envidia, ya que todas eran mías).
En la party coincidí con un par de compañeros del curro, y otros tantos amigos. También logré engañar al señor Viruete para que se pasase por aquí y diese una charla sobre retroinformática y a Morán e Ismurg para que diesen otra sobre webcomic (que no es retro, pero igualmente mola)
Ambas charlas resultaron interesantes a la par que instructivas y la gente (tanto publico como conferenciantes) pareció salir contenta de ellas.
En lo personal, la preparación para la conferencia sobre “Las guerras paleogamer” (en la que le eche una pequeña mano a Viru) me sirvió para ahondar un poco más en mi vena retro-arqueológica. Durante la búsqueda de material descubrí tres grandes libros que recomiendo a cualquiera que pueda estar interesado en saber de donde vienen las maquinas que utilizamos a diario.
Están en la lengua de la pérfida Albión, pero nadie es perfecto. Podeis haceros con ellos a un precio más que razonable (y sin gastos de envío) aquí. Los títulos son: Digital Retro, Electronic Brains y The Ultimate History of Video-Games

La conferencia sobre webcomcs fue también muy entretenida, ya que ambos conferenciantes podrían acabar cualquier día en el club de la comedia. Antes de su visita relámpago, Morán e Ismurg habían hecho una porra sobre la cantidad de gente que acudiría, y me alegró que ambos fallaran en sus previsiones. La pena es que tuviesen que irse tan pronto y no poder estar un rato más charlando con ellos. A ver si el año que viene se pasan por aquí con un poco más de calma.
Para aquellos que no pudisteis pasaros por las charlas, en cuanto suban las grabaciones a la pagina de la party las enlazaré por aquí.
Aparte de las charlas, conseguí la serie completa de Dragon’s Lair gracias a un amigo de mi hermano mayor, y los pocos ratos que pude estar en la party si que se acercó algún curioso a mirar y charlar sobre el asunto.
También, para mi sorpresa y regocijo, me reencontré con un viejo conocido de los tiempos roleros que, casualmente, formaba parte de la organización de la party. Así que fue un fin de semana de lo más completo.
Para terminar, sólo diré que me he quedado con ganas de más, y el año que viene no dudaré en repetir (solo que entonces trataré de preparar las cosas un poco mejor)
Tampoco quiero despedirme sin dar las gracias a todo el mundo: Juanjo, Arcan de la organización, y a los pardillos que se dejaron engañar y venir desde fuera para dar sus charlas: Viru, Morán e Ismurg.

Nos vemos el año que viene.

Actualizando (Primera parte):
Ya están disponibles para su descarga los videos de las conferencias. Las podeis conseguir aquí

16/08/2009

RetroEuskal 2009

Filed under: — Javier Albizu @ 14:05

Este pasado fin de semana La semana pasada Hace un par de semanas Hace ya tres semanas, al igual que llevo haciendo desde los últimos años, me pase (junto con el señor G) por el BEC para asistir a la RetroEuskal.
Ya, desde antes de ir, tenía intención de hacer una entrada al respecto (como los dos últimos años), pero lo he ido retrasando a la espera de como iba desarrollándose un proyecto que salió de ahí y que, pese a que avanza a buen paso, aún no ha terminado de concretarse. Así que mejor lo escribo ya, antes de que la razón de esta entrada pierda (aún más) su razón de ser y, mientras tanto, os dejo con la duda sobre mis planes a los que aún no os los he contado.
Mmmmm….
Ah, sí.
Bwahahahahahahaha

Vale, al asunto.

Sábado veinticinco (por favor, no hagan rimas, gracias) de julio del año de nuestro señor del señor de quien sea del dos mil nueve.
Pamplona
Barrio de San Jorge.
10 de la mañana (tampoco íbamos a madrugar)
Dos misteriosos individuos se reúnen junto a un portal, tras intercambiar soñolientos saludos (que no madrugásemos no quiere decir que no hubiese sueño) se introducen en un coche. Pero ese no un vehículo cualquiera, sino ¡El RETROMOVIL!
Tras conectar una suerte de arcanos artilugios, el sonido desaparece para ser sustituido por la misteriosa voz de un desconocido e invisible interlocutor.
¿Les estará hablando a ellos?
¿Se dirigirá a alguien oculto en el asiento trasero dándole órdenes para detener a nuestros héroes?
Eso es algo que nunca sabremos (porque ya me he cansado de escribir en este plan)

Bueno, la cosa es que tras juntarnos el amigo G y yo, comenzamos el viaje hacia tierras bilsasoras. Si el año pasado amenizamos el viaje con el Podcast de Viruete sobre las recreativas, este año tocaron los podcast sobre videojuegos de La parada de los monstruos (gran descubrimiento, no os los perdáis)

Tras llegar al BEC, el panorama que nos esperaba fue más o menos el de siempre. Hordas de tipos, con montones de ordenadores (con sus respectivas pantallas teclados y demás periféricos) de todo tipo. Los había de todos los tamaños formas y colores. Normalitos y rarunos. Algunos dignos de verse, otros que habría sido mejor no haber visto nunca (por vergüenza ajena, o por ganas de echarlos al saco y llevarlos para casa) Pero bueno, no me voy a extender más a este respecto, porque no fuimos a eso.
Mas allá de la marea “mod”eadora, más allá del puesto de la Cruz Roja, más allá de los puestos de los expositores (y justo antes que el Tele Pizza) se encontraba nuestro Shangri-La, el cubículo en el que se encontraba encajonado la más avanzada tecnología que nos habían legado los genios del pasado, el lugar que daba sentido a nuestro peregrinar: El stand de la RetroEuskal.
Nada más entrar, donde el año pasado se encontraba un enorme tablero negro con la efigie de invasores y defensor del Space invaders, este año se encontraba (también) un enorme tablero, pero esta vez con más colorines. Este año la partida-gigante-multijugador-por-turnos (y totalmente analógica) era, no más ni menos, del Galaxian (la pena es que no tenía soniditos).
Frente a ella se encontraba la mesa de la organización, donde pudimos ver las versiones en cinta (para MSX y Spectrum) y en cartucho (para MSX) de La corona encantada, el nuevo (sí, descreídos PCeros, habéis leído bien: Un juego nuevo para ocho bits, y además Apañó… y además con portada de Azpiri. Chupaos esa, modernillos) juego de Karoshi Corp. El juego ya lo habían presentado en marzo en el RetroMadid, pero en esta ocasión estaba por allí Jon Cortázar (para más señas, padre de la criatura) que daría una charla al respecto esa misma tarde.
Al lado de esa joyita se encontraba el segundo volumen de Mondo Píxel, cuyo autor también se encontraba en el lugar para una charla posterior.
Ya en el interior de la habitación, pudimos contemplar, a nuestra derecha el Juegodromo, con montones de maravillas tecnológicas para nuestro uso y disfrute (entre las que se encontraba un Commodore 64, a ver si toman ejemplo los Mandrileños) A nuestra izquierda se encontraba el museo, este año dedicado a las consolas de bolsillo (de esto si que haría con todas, y no de los Pokemon) con toda suerte de maravillas de la miniaturización (las ganas que me entraron de destrozar las vitrinas y echar p’al saco las Game&Watch)

Como no queríamos parecer unos desagradecidos ante lo que ahí se nos ofrecía allí, tomamos asiento y (con gran dolor en nuestros corazones) nos dedicamos a echar unas partidillas a las maquinas que estaban funcionando. Que si una Corona encantada en el MSX, que si un Comix Zone en la MegaDrive, mira si tienen un CPC con el PacMan, a ver cuando encienden los Ataris para que podamos echar un MidiMaze. Ya sabéis, ese tipo de cosas. Al final el MidiMaze no pudo ser porque no conseguimos pillarlo libre. Lastima.

Después nos dimos una vuelta por el recinto y aprovechamos para jugar al Street Fighter IV en una XBox 360 (que poco me gustan estos mandos modernos) Vimos a unos tipos jugando al Starcraft II (supongo que la beta) y a un montón de individuos jugando por equipos (y dando el cante jondo) el campeonato de algún juego de esos de tiros en primera persona.

Así, tontamente, llegó el momento del descanso, y nos dirigimos a comer (y comenzar a fraguar maldades) con un amigo que había ido jugar y saturar su el disco duro de su maquina, hasta que llegó el momento de dirigirnos hacia las conferencias.

La primera fue la de Jon Cortázar, no hablaría tan sólo del proceso de creación de su juego, sino que también de la gestación, vida y (desgraciadamente) muerte de Karoshi. Pero no os desaniméis, que ya tiene un nuevo proyecto llamado Relevo videogames.
La charla fue muy ilustrativa y entretenido y se notaba toda la ilusión que había puesto Jon en el proyecto y el orgullo por el resultado final (y haber logrado que Azpiri les hiciese la portada)
Así que ya sabéis, a descargarlo y jugarlo con vuestro emulador favorito (o también lo podéis comprar y ponerlo a funcionar con vuestros retro-ordenadores)

Tras esta charla llegaría la presentación del segundo volumen de Mondo Pixel que dieron John Tones y Javi Sanchez. La charla en sí fue breve (como el año pasado) pero (al contrario que entonces) en esta ocasión el publico que si que se animo a hacer preguntas, dando lugar a una conversación bastante interesante.

Para finalizar el día tubo lugar la conferencia de Open Ars Games, también verbigracia de los señores Tones y Sanchez.
¿Que es Open Ars Games?
Aquí lo tenéis.
Iba a decir que fue la mejor charla del día. Que, tras finalizar los ponentes su charla, el publico se animo a hacer bastantes preguntas y que podría haber durado más de no echarse la hora de cierre encima. Pero buscando un posible podcast sobre ella, he encontrado a un simpático señor que la grabó en video (sólo está la primera hora, pero como fue lo más interesante, mejor que mejor) así que me ahorro el deciros todos los halagos y parabienes que iba a decir sobre ella.

Después de esto, y ya con el buen sabor de boca del trabajo bien hecho, nos montamos en el Retromovil para regresar a Pamplona.
El año que viene, podéis estar seguros de que volveremos.

11/08/2008

El advenimiento del RETROVERSO II

Ir a la columna

06/08/2008

RetroEuskal 2008

Filed under: — Javier Albizu @ 11:10

Ir a la columna

12/06/2008

El advenimiento del RETROVERSO I

Ir a la columna

16/03/2008

RetroMadrid 2008

Filed under: — Javier Albizu @ 02:44

Ir a la columna

18/03/2006

Samurai Warrior

Filed under: — Javier Albizu @ 01:05

Ir a la columna