El Mercenario
Que recuerdos. No es que fuéramos a comernos el mundo ni nada por el estilo (mi intención no era esa, y supongo que la de los demás tampoco), pero la ilusión que depositamos en aquellos pedazos de papel.
No es que yo estuviera muy “metido†(ya estaba currando, y aquello lo hacÃan los universitarios), pero era un proyecto que me encantaba, hasta el nombre y su coletilla me parecÃa cojonudo El Mercenario, el fanzine independiente que solo se vende por dinero. No me digáis que no de lo mejor que habéis leÃdo.
Lastima que no me quede ninguno de ello. En mi ansia de promocionarnos, acabe regalándolos, y ahora no se pueden volver a conseguir (bueno, igual queda alguno del primer numero, que es el que mas tirada tuvo).
Por supuesto, incluso en el seno del club habÃa quienes decÃan que aquello no durarÃa ni tres números (la verdad es que tampoco duró mucho mas), pero no solo duro un poco mas, sino que incluso llegarÃa a ganar un premio (en los “Dias de joc†del noventa y tres. Premio friki, pero premio al fin y al cabo). El premió fue toda una sorpresa, y lo recogieron Josemi y Jose Luis Latasa que eran los únicos que habÃan acudido a aquel evento (y que serÃan los descubridores del “Kabulâ€, toda una leyenda dentro de nuestro vagar en años posteriores por los albergues de Barcelona).
Allà estaba esta gente “estudiando†en la universidad. Maquetando en los ordenadores del “aulario†(sea lo que sea eso, esté donde esté. Yo solo he estado en la universidad dos veces, una para llevar un piano, y otra para arbitrar una partida en unas jornadas) mientras se dedicaban a cambiar los soniditos de los Mac con los que “trabajabanâ€, o instalar juegos en red.
Luego llegaban al dÃa siguiente con veinte mil pijadas y anecdotas, y yo, como siempre, me quedaba con las ganas. Que dura es la vida del trabajador responsable.
Y es que (dentro de su ámbito), tenÃa de todo, como las revistas “grandes†(solo que con menos paginas). Desde la critica de novedades de Josemi, al “PolÃgrafo del caos†de Naranjo, pasando por el “Chapa Book†(con sus dibupedros) de Pedro Arnal, a los módulos y ayudas para Warhammer de Quike.
Maquetando, los “hombres de negro†(no, Will Smith no, Pedro Arnal, Iñigo Zapata y Roberto “pelosâ€). Y en la desagradable tarea de corregir a los colegas, Jose Luis Latasa y Quile.
Por supuesto, no podemos olvidarnos los dibujos de Naranjo, Dani, Ovide o Patxi.
Luego estábamos los colaboradores esporádicos como Juan Daniel y sus cosas para Cyberpunk, o su tabla de nombres genérica para impactos en naves espaciales, no se si llegó a haber algo para Shadowrun de Felix Latasa (aunque igual he logrado olvidarlo dado mi odio a ese juego), los módulos y ayudas de Cesar Viteri, la cronologÃa de la segunda edad de la tierra media de Fernando, o los módulos que hice yo (si es que publicaban a cualquiera).
Incluso hicimos camisetas (que aún conservo) con la portada del numero cuatro, para ir a las primeras Gencon (jornadas frikis internacionales) que se hacÃan en España (en las atarazanas reales de Barcelona para ser mas exactos), y ahà fuimos todos uniformados.
Pero el sueño finalmente se acabó, y el mercenario dejó de existir.
Hubo un par de intentos de “resucitarloâ€.
Primero de manera electrónica, Pedro Arnal trato de hacer una fusión entre nuestro fanzine, y el Sir Roger (del club Holly Roger de Zaragoza), que serÃa el la pagina SRM (Sir Roger – Mercenario), y en el que irÃa publicando el material que habÃa aparecido en ambas publicaciones, con la esperanza de que la gente mandase mas material nuevo para su publicación.
Esta revista electrónica permaneció varios años colgada en la red, primero con actualizaciones regulares, pero con el paso del tiempo, y la adquisición de nuevas “obligaciones†por parte de Pedro, acabarÃa por desaparecer.
Un tiempo mas tarde (hará cosa de seis años), tras una larga charla en el portal de casa de mis padres, Fernando y yo, decidimos tratar de dar nueva vida al viejo mercenario, de nuevo esta vez en papel impreso.
La gente del club parecÃa muy animada, y en el plazo que habÃamos pedido, tuvimos material para sacar un primer numero, y aun nos sobraba. Pero cuando se trataba de las tareas desagradables (buscar publicidad, maquetar, o tratar de venderlo) la gente no apareció ni siquiera a la primera reunión.
Era un domingo a la mañana, y espere en la puerta de la casa de la juventud durante tres horas, antes de desistir. En aquel momento (como habÃa dicho que harÃa de no cumplirse las premisas que habÃa pedido para sacar adelante el proyecto) me desligue de aquella nueva encarnación del mercenario.
SabÃa que podÃamos sacar aquel primer numero, pero también era consciente de que la gente solo querÃa ver publicado su material, sin mover un dedo mas allá de escribir.
Asà se lo expuse a Fernando, y el no lo vio de la misma manera que yo, tratando de sacar adelante aquel proyecto el solo, y estrellándose como sabÃa (y supongo que el también era consciente) que harÃa, antes de llevar a buen puerto aquello.
Pues nada, que descanse en paz el mercenario. Quien sabe, quizás algún dÃa vuelva a la vida.