Jim Fitzpatrick

viernes, marzo 10th, 2006

Book of conquests¿Quién es este tío?
No se vosotros, pero yo si me lo pregunté cuando vi las primeras ilustraciones suyas que llegaron a mis manos. Igual este tipo es un maestro reverenciado por los entendidos (a fe mía que debería serlo), pero en mi ignorancia no he oído hablar de él nunca. Han pasado ya bastantes años desde que un conocido me trajo, tras su estancia en Irlanda, dos libros de ilustraciones de este buen señor, y aún hoy no me canso de mirarlos.
Esos libros eran: Book of conquests y Erinsaga.
El señor Fitzpatrik es un pintor autodidacta, apasionado con los mitos de su país, cuyo sueño había sido el narra las grandes sagas irlandesas de los tiempos pre-célticos. Entre sus influencias, cita a una serie de señores que no me suenan de nada (Salvo los yankys a los que menciona), pero que, como su trabajo sea la mitad de bueno que el de Fitzpatrik, seguro que su trabajo es algo que merece la pena conocer.
Extraído y (seguro que mal) traducido de su página:
“Como artista autodidacta reconozco la deuda que mis primeros trabajos deben a artistas establecidos como Beardsley, Mucha, Klimt, Schiele y Harry Clarke, así como a los maestros de la pintura japonesa: Hokasai, Kuniyoshi e Hirosighe. Algunas influencias más inusuales vinieron del trabajo de los artistas de las tiras de cómics americanos Jack Kirby y Hal Foster, y los artistas decorativos rusos Bilibin y Boris Zvorykin.”
Pues bien, tras ganarse algo de nombre haciendo portadas para discos de algunos grupos de rock (tuvo una larga colaboración con Philip Lynott de Thin Lizzy, igual a alguno le suena de ahí), a finales de los setenta, por fin se decidió a tratar de narrar de una manera accesible la saga que tanto le apasionaba: La historia de los Tuatha De Danann.
De ahí surgieron “Book of conquests” (1978) y “The silver arm” (1981). En un principio se iba a tratar de una trilogía, pero el tercer libro “The Son of the Sun” nunca llegó a salir (aunque parece ser que aún no esta descartada su publicación. Mientras hay vida…).
Debo reconocer (para mi vergüenza) que pese a gustarme mucho la mitología céltica, no he sido capaz de leer ninguno de los tres libros que tiene publicados (tras arduas búsquedas, me hice también con Silver Arm). No soy capaz de leer los textos, teniendo esas ilustraciones ahí al lado.
Quizás es por eso que el libro que más me gusta de los tres publicados es Erinsaga, porque al contrario que los otros dos, es una recopilación de ilustraciones.

De todas formas, para cualquier aficionado a la ilustración, o a la mitología, le recomiendo estos libros, así como visitar la página de este hombre si queréis mirar muestras de su increíble trabajo.

Cinder y Ashe

sábado, marzo 4th, 2006

Cinder y AsheEran otros tiempos. En los cómics parecía que aún tenían algo que decir los autores por encima de las voces de los mandamases de las editoriales. Surgían editoriales pequeñas, que publicaban material que no tenía porque ser estrictamente superheroico. La paranoia sobre para quien quedaba la propiedad intelectual de sus creaciones aún no estaba tan desarrollada. Los autores se preocupaban más por contar una buena historia, que por los royalties que les darían el merchandising y las recopilaciones. Eran los ochenta. Que bien le sentaron los ochenta al mundo del cómic. Por un lado, el intento de hacer cómics mas “maduros”, por otro, la libertad creativa que se permitía a según que autores, con según que personajes. Y por otro, se hacían grandes historias, de esas de toda la vida, que no pretendían ser más ni nada menos que eso: Buenas historias, bien contadas.
Surgieron grandes obras en aquellos años. Obras de las que todo el mundo habla, que todo este micromundo en el que nos movemos se ha hablado hasta la saciedad. Pero también surgieron obras de las que nadie habla. En ocasiones porque no eran tildadas de “obras maestras” por los portadores de verdades universales. En otras ocasiones, porque sus autores no fueron encumbrados hasta las cimas de los artistas “hot” (cuando aún no se les llamaba así), como grandes maestros, por esos mismos (y autoproclamados) portavoces de sapiencia universal que han sido, son y serán los críticos (o en su defecto, la tiranía del Top 100).
No a todas las obras de las que voy a hablar aquí las considero “obras maestras”. Algunas sí, pero otras son tebeos enormemente entretenidos, en los que sus autores no querían más que eso: Que el lector pasase un buen rato. Y a fe mía que lo consiguieron.

No pretendo ceñirme en exclusiva a los ochenta. Hay (en mi opinión) buenas series (también en mi opinión) injustamente olvidadas para dar y regalar a lo largo de todas las épocas. Sólo he elegido esta década como ejemplo porque fue en la que yo empecé a leer cómics de manera “consciente”, y de la que más nostalgia siento. También ha sido la elegida, porque el primer cómic sobre el que voy a hablaros en esta sección fue publicado entonces.

¿Por qué nadie habla de…
Cinder y Ashe?

Corría el año ochenta y ocho cuando fue publicada. Los autores de esta miniserie de cuatro números no eran ningunos novatos: Gerry Conway y José Luis García López (Ambos llevaban ya algún añito que otro haciendo cómics antes de aquel año). No era la primera vez que colaboraban, ya que de su mano había surgido con anterioridad otra obra merecedora también de ser reivindicada: Atari Force (ya podrían aprender los autores de los últimos años a hacer una buena historia a partir de un video juego).
Cinder y Ashe no era un cómic de superhéroes (pese a ser publicado por DC). Fue una miniserie de cuatro episodios en la cual se nos narraban los avatares de una pareja de detectives (de quienes tomaba nombre la serie) en el caso que tenían entre manos en aquel momento.
La historia que se nos contaba se iba alternando con flashbacks que, avanzaban poco a poco en el tiempo, nos narraban el pasado de los dos personajes protagonistas, como se habían conocido, y como habían llegado a la relación que tenían en la actualidad.
Salvo el villano de la función, que podía resultar un tanto arquetípico, el resto de los personajes están perfectamente definidos. Los protagonistas no son perfectos ni mucho menos, mostrándonos a dos personas muy humanas con sus defectos y virtudes.
De cualquier manera, esta no pretende ser una historia intimista. Los cuatro números están repletos de acción. Comenzando con una pelea que sirve para que vayamos conociendo a los personajes, y terminando con una persecución y posterior tiroteo, para finalizar con un combate cuerpo a cuerpo muy bien narrado.
La miniserie tiene de todo. Momentos duros (algunos de ellos muy duros, sobre todo considerando que fue DC la editorial que la publicó, y que por aquel entonces el Cómic Code aún era algo a lo que las editoriales aún temían), momentos de introspección, desarrollo de personajes y mucha acción.
Todo ello en solo cuatro números, de los cuales me atrevería a decir que no sobra una sola viñeta, ni se echa en falta información para comprender lo que se nos esta contando. El señor Conway escribió un guión muy sólido, y el señor García López dibujó como sólo él sabe (que es mucho).
Sólo fue una historia policíaca, un thiller. Ni fue ni pretendía ser Watchmen (ni falta que le hace). No pretendía reinventar la rueda, ni la manera de narrar cómics. Leerla no va a cambiar tú mundo, pero si que te hará pasar un buen rato, y que con el tiempo te acuerdes de ella con agrado.
¿Qué más se puede pedir?

Declaración de intenciones

miércoles, febrero 22nd, 2006

Pues bien, aquí se presenta un nuevo blog.
¿Qué se puede esperar de él?
La verdad es que no demasiado (al menos no demasiado nuevo).
Podría aducir una serie de razones falsas (o al menos mentiría al decir que son la principal razón que me lleva a esto) para justificar mi decisión de comenzar esta nueva andanza virtual, porque esto empieza por una razón que se impone con claridad por encima de todas las demás: La envidia.
Así de sencillo.
Me dan envidia esos blogs de cómics que leo. Me encanta leerlos, aunque no comulgue por completo con todo lo que dicen. Me da envidia el colegueo que existe entre ellos (vale, también hay mucho capullo suelto soltando comentarios, pero son los menos). Me da envidia la erudición que demuestran algunos de ellos, o la ilusión de la que se ven impregnados los artículos. Me encantaría estar más metido en este mundillo.

Así que me he decidido a escribir sobre mis aficiones. En un principio se me ocurrió centrarlo en los cómics, que es de lo que más leo, pero entonces tendría que hacer un blog temático para cada una de mis aficiones, y va a ser que no. En el fondo estas aficiones suelen ser comunes para los que nos movemos en este mundillo (y así podré mantener la regularidad de una manera mas relajada).

A lo que íbamos ¿Qué vais a encontrar en este blog?
Comentarios, artículos, críticas (personales) y reseñas de: Cómics, películas, juegos de rol, juegos de ordenador (sobre todo de 8 bits, y recreativas), ordenadores, autores y cosas por el estilo.
Como ya decía por ahí arriba, nada que no se trate en otros blogs o páginas diversas. Solo que en este caso estarán realizadas por mí (cosa que, sea buena o mala, no veréis en otros blogs).
¿Quién soy yo?
Pues un aficionado más. Para que os voy a engañar. Hay campos sobre los que sabré más que otros, y campos en los que mi ignorancia quizás irrite a los entendidos. Me limitaré a dar mí opinión sobre las cosas que me gustan. A veces seré serio, y otras sarcástico. Unas veces me documentaré, y otras escribiré basándome en mis recuerdos. Eso sí, podéis tener por seguro, que mi intención no será nunca ofender.

De cualquier manera, si que pretendo tener un punto de originalidad. No tanto por la manera de tratar los contenidos, sino por los contenidos que tratare de tocar. Los blogs que leo suelen tratar principalmente sobre temas de actualidad. Los cómics que salen hoy en día, o los grandes clásicos para nostálgicos. Yo tratare de centrarme en aquellos cómics que no tuvieron gran repercusión, pero de los que conservo un recuerdo muy grato. De esas películas que nadie ha visto, o de las que nadie parece acordarse. De esas series que hoy nos parecen infumables, pero que en nuestra infancia nos mantenían pegados a la pantalla de la tele.

… Bueno. Y de casi todo el mundo friki en general. Es lo que tiene esto de los blogs. Cualquiera que tenga una opinión puede darla. Y es precisamente la opinión, algo que todo el mundo tiene.