Ahà estaba yo. Ante el que podrÃa haber sido el curso mas fácil de mi vida (solo tenÃa las asignaturas que habÃa suspendido, ya que las demás estaban convalidadas). ¿Que hice?. Pues el imbécil, ¿que otra cosa sino?.
HabÃa dÃas en los que solo tenÃa una o dos clases, y que ni siquiera aparecÃa por clase. Hasta aquel curso no habÃa hecho nunca borota, pero aquel año me harte de hacerlas. Al final lo aprobé todo para (aunque no pudo ser para fin de curso, sino para junio), no recuerdo como me lo monte, pero logré ocultar a mis padres las notas del ultimo trimestre, para decirles después de los exámenes de junio que habÃa aprobado todo. La verdad es que la cosa me fue por los pelos.
Como premio añadido, al finalizar FP 1, me convalidaban también las asignaturas que tenia pendientes de octavo, asà que también conseguÃa el graduado escolar (aunque todavÃa no he ido a recoger el papelote).
Por lo demás, en el ochenta y nueve tocó cambio de ordenador, cambiando el Commodore por un Atari STE (supuestamente para hacer música, en la practica para jugar, faltarÃa mas). No recuerdo por que medios (creo que fue a través de otro cliente de Ramar que también tenÃa un Atari), conseguà la dirección de un pirata gallego, y cada mes o asà le hacÃa pedidos de juegos para aquel aparato.
Aquel serÃa también el año de mi “consolidación†como rolero.
En un viaje a Barcelona con mis padres (creo que para alguna convención), mi hermano y yo entramos en contacto por primera vez con las tiendas especializadas de aquella ciudad. Solo visitamos una (Jocs and Games), donde mi hermano compro el Stormbringer, y yo el Hawkmoon (son curiosas estas elecciones, ya que por aquella época no conocÃamos la obra de Moorkock).
Pero lo mas importante de todo, fue que conseguà mi primera “cuadrilla†oficial.
Por supuesto, habÃa gente en clase con la que me llevaba bien, pero esta gente (al igual que me sucediera con los compañeros de Larraona o Beriain), son personas con las que no he mantenido el contacto una vez dejados los estudios. No es que haya sido nada intencionado, pero parece que estas amistades “inducidas†por un entorno al que estaba “obligado†a asistir, no han sido duraderas.
Los amigos que he hecho en el club, son gente con la que, a pesar de haber perdido contacto con muchos de ellos, me sigo acordando, y sigo tratando que esa perdida de contacto no sea permanente.
Estos amigos han sido elegidos por mi, son parte del “microcosmos†que me he creado por mis propios medios alejado de los entornos laborales, familiares o escolares hasta cierto punto “impuestos†por factores ajenos a mi.
Dentro del club, habÃa pequeños grupueculos. Estaba el de los pesos pesados (los miembros fundadores), estaban los que jugaban a RuneQuest, los que jugaban a Warhammer, y (entre algún que otro grupo mas) estábamos nosotros, que solÃamos jugar a “La guerra de las galaxiasâ€o “La llamada de Chtulhuâ€.
Aquel grupo “primigéneo†estaba formado por los Eduardos (Gomez y Arregui), Cesar Viteri, Pablo Arregui, mi hermano Iñigo (aunque este serÃa el primero en dejarlo, al descubrir la vida nocturna pamplonica), Juanma Casi, Michelena, Rafa Cano, Pedro Arnal, Luis Boada, Dani Fuente y yo.
No todos aparecÃamos cada sábado, ni hacÃamos partidas para un grupo tan numeroso. Pero si que eramos los que, a parte de en el club, solÃamos quedar para para ir al cine, o simplemente aparecer unos por las casas de los otros para leer comics, charlar, o jugar al ordenador (por aquel entonces no tenÃamos dinero suficiente para irnos a cenar varios dÃas a la semana como hacemos en la actualidad.
Asà como ahora la gente queda en lo bares, entonces sabÃamos que si alguien no estaba en su casa, las tardes de los miércoles, viernes, los sábados durante todo el dÃa, o los domingos a la mañana, estarÃan en la casa de la juventud.