No. No os voy a hablar de ninguna trilogÃa chunga de novelas de fantasÃa, sino de un juego de rol: El primer juego de rol que crease Stephen Michael Sechi.
Ahora algunos preguntarán. ¿Y quien es ese tipo para que lo menciones?
Pues es un saxofonista… y el creador de Talislanta.
Vaaale, ahora otros preguntarán: ¿Talis…qué?
Pero a eso os responderé en las siguientes entradas de “Mundos improbables†(léase con voz cavernosa y musica de misterio de fondo) porque la TrilogÃa de Atlantis tiene la entidad y calidad suficiente como para dedicarle una entrada a él sólo.
Como supongo que eso de Atlantis os sonará a (casi) todos, no me dedicaré a explayarme en la explicación del trasfondo de este juego, más allá de deciros que está ambientado en la tierra “antes del hundimiento de la Atlántidaâ€
¿Que con esto tampoco os aclaro mucho?
Bueeeno, ya os cuento un poco más.
Este mundo se supone que es el nuestro en un pasado muy remoto. A esta época se refieren como “La segunda edad†aunque también la llaman “La era antediluviana†(que a mi me mola más) en teorÃa entre el año quince mil y el doce mil antes de cristo. La ambientación no pretende ser histórica en ningún momento, asà que tampoco conviene darle muchas vueltas al asunto.
Estamos hablando de un mundo fantástico puro y duro. Con sus elfos, sus enanos, sus trolls y su magia… pero sin ser un mundo fantástico tradicional. Hablamos de una Tierra (tierra de “nuestra†tierra, no de mundo genérico) mÃtica.
Las razas no son tolkienianas o dungeoneras, sino una (otra) mezcla de los mitos en los que se basan los arquetipos tradicionales. En este mundo también encontraremos hombres-bestia (experimentos del primer Imperio Atlante) zéfiros alados o nethermen (¿sub-hombre? vaya, de esto también hay en Talislanta) hÃbridos de humano y duende.
El juego consistÃa en tres libros (de ahà lo de la trilogÃa) que serÃan publicados por la editorial Bard Games (creada por el señor Sechi junto a otros dos amigos para sacar adelante el proyecto):
The Arcanum serÃa publicado en el ochenta y cuatro y era el reglamento básico, o lo que es lo mismo: Ciento cincuenta y ocho paginas de reglas y hechizos. Se habla un poco de las razas y casi nada del mundo (apenas media página) El año siguiente sacarÃan una segunda edición que era básicamente lo mismo.
Ese mismo año, también sacarÃan The Lexicon; el libro en el que se describÃa el mundo (y al que se hacÃa referencia en Arcanum) y ahà la cosa ya mejora bastante. Este libro es ambientación de principio a fin, un atlas en toda regla que puede ser usado si apetece con cualquier otro sistema de juego. Información de la buena.
El siguiente año (en el noventa y seis) saldrÃa la última parte del paquete: The Bestiary, que vosotros diréis: Vaya, un bestiario, que original. Bichos. Y sÃ, lo es. Pero también es algo más. Porque no estamos hablando de un compendio de caracterÃsticas para una tabla de encuentros. Aquà tampoco se mencionan las reglas. No hay caracterÃsticas. Lo que hay es una recopilación enciclopédica de criaturas mÃticas de toda Ãndole. Empieza siendo genérico en cuanto a descripción de especies, para pasar a lo concreto, que es cuando la cosa gana. Desde el León de Nemea hasta la Esfinge. Desde El Ave Fenix hasta la Hidra. Desde Mefistófeles hasta Moloch.
Lo único que echo en falta a este libro es un poco más de detenimiento en cada una de las criaturas, pero bueno, son ciento treinta páginas, a más o menos dos criaturas por página y a cada cual mas apetecible. Un tratamiento en profundidad habrÃa necesitado de un libraco demasiado grande como para una editorial pequeña, o una colección de libros que habrÃa roto la “trilogÃaâ€
Como dato curioso (y valor añadido) todas las ilustraciones interiores están hechas por un Bill Sienkiewicz a medio camino entre su Caballero Luna y su saga del Oso MÃstico.
Y fin, porque en el noventa y siete saldrÃa la primera edición de Talislanta y Bard Games ya no sacarÃa más material. Al fin y al cabo era una trilogÃa, ¿no?
Bueno, pues no, aún hay un poco más que contar de esta ambientación, porque el señor Sechi siempre ha guardado un huequecito en su corazón friki para su primera creación. Ya en Talislanta se crearÃa su pequeña ruta de ida y vuelta hacia La Atlántida con alguna criatura proveniente de allÃ. Más adelante, en el noventa y ocho, la propia Bard sacarÃa Atlantis: the lost world. Que no era sino una reimpresión del Lexicón y el Bestiario con unas pocas páginas de material adicional, pero que servÃa para mantener vivo el recuerdo de ese mundo.
Al final Bard terminarÃa por desaparecer, pero el señor Sechi se llevarÃa sus creaciones para licenciarlas a otras editoriales.
Asà en el noventa y seis Deaths Edge Games sacarÃa una nueva edición de The Arcanum (la tercera) que supondremos que no le fue demasiado bien, ya que tardarÃa cinco años en sacar las correspondientes segundas ediciones del Lexicón y el Bestiario (después de las cuales también acabarÃa desapareciendo)
HabrÃa que esperar otros cuatro años, hasta el dos mil cinco para que la canadiense Morrigan Press publicase algo relacionado con esta ambientación: Atlantis the second Age. Que no es que fuera lo mismo, ya que utilizaron su propio sistema de juego, el Omni System. Primero sacarÃan un único libro con el sistema y el mundo (con nueva redacción e imágenes) para continuar al año siguiente con otro libro que contendrÃa el bestiario.
Y ahora si que llegamos al fin, porque un año después (casualmente tras publicar el Talislanta D20) la compañÃa cerrarÃa sus puertas.
Asà que ya sabéis, niños y niñas. Si queréis conseguir los libros de esta ambientación, recorreos las tiendas de segunda mano, porque la cosa está complicada, pero merecen la pena.
DÃa: Venga, adivinarlo.
Hora: Segundos después
Lugar: Mundo “realâ€
– Hola.
– Hola – justificación onÃrica, segunda parte…
– Puedes empezar cuando quieras – …y comenzaba igual de mal que la última vez. Tomó aire y se lanzó.
– Déjame un segundo – no, lanzarse no habÃa sido la palabra correcta.
– Tómate todo el tiempo que quieras – aquello tenÃa algo bueno: No podÃa continuar peor.
– A ver, en el fondo debes saber que no querÃa ofenderte – bueno, no era peor que el comienzo, pero se acercaba demasiado para su gusto.
– Eso es lo mejor que se te ocurre.
– Hombre, perdón, mujer, asÃ, de sopetón…
– ¿Me estas pidiendo que lo racionalice?
– Si me puedes hacer ese favor.
– TÃo, ya se por qué sigues sin comerte nada a tu edad.
– Gracias por unas palabras tan halagüeñas.
– Dátelas a ti mismo – no, por favor, que su mente no tirase por ese camino otra vez. Por favor, que alguien lo sacase de ahÃ.
El teléfono le despertó. Salvado por la proverbial campana. Mientras respondÃa, de reojo miró el reloj; no habÃa pasado ni un minuto desde que se habÃa vuelto a acostar. Continuaba el domingo más largo de la historia.
– Si?
– ¿Javi?
– Hola, mama.
– ¿Has comido ya?
– No, aún no.
– ¿Quieres venir a comer con tu padre y conmigo?
– Son más de las dos ¿Aún no habéis comido?
– No.
– ¿Ha pasado algo?
– No. Sólo que hace varias semanas que no te vemos.
– … vale, me visto y voy para allá – aquello sonaba raro, pero estaba claro que no iba a poder dormir y no le apetecÃa hacer la comida.
Se vistió con lo primero que pilló a mano, se despejó lavándose la cara y salió a la calle.
San FermÃn, se decÃa que no odiaba aquellas fechas, que habÃa hecho un pacto de no-agresión con ellas; Si la fiesta no se metÃa con él, él no se meterÃa con la fiesta, pero no podÃa negar una cierta animadversión. Bueno, si que podÃa negarlo, pero serÃa algo bastante estúpido por su parte.
Se puso los auriculares, y subió el volumen al máximo. Gafas de sol: Colocadas. Manos en los bolsillos: Hecho. Vista al frente y encogimiento de hombros: en situación. Aislado de todo lo que le rodeaba, partió raudo hacia su objetivo. De vez en cuando se filtraba algún sonido en los silencios entre canciones, pero era capaz de ignorarlos.
Mientras caminaba a toda velocidad, su cabeza comenzaba a darle vueltas a la breve conversación que habÃa tenido con su madre; mejor aquello que volver a la conversación anterior.
– Tu padre y yo nos separamos – No, demasiado melodramático.
– Nos ha tocado la loterÃa y te vamos a pagar un piso – ¿HabÃa loterÃa en San FermÃn?
– Vas a tener un hermanito – ups, no. Definitivamente, no.
– ¿Cuando vas a hace algo productivo con tu vida? – sÃ, aquello era un clásico.
– ¿Cuando vas a echarte una novia? – esperaba que aquel no fuera el tema. Otros dÃas (otros muchos dÃas) le daba igual, pero aquel dÃa seguro que terminaba hablando de lo que habÃa sucedido. Malditos poderes mágicos de las madres.
Sonrió resignado y desvió la mirada. Se imaginó corriendo como a una velocidad de vértigo sobre la barandilla que le separaba del paseo del Arga. Su otro yo se acercaba casi a la velocidad de la luz, pero no era capaz de ir más rápido que su yo real. Cambió de distracción.
Con su poderoso giro de cintura esquivaba a todos los que se cruzaban en su camino. Aquello no era tan fácil como podÃa parecer. El caminar zigzagueante de los borrachos era un reto mayor al de los habituales viandantes. Metió la cabeza aún más entre los hombros y aceleró el paso: Sala de máquinas, velocidad de escape.
Veinte minutos después estaba en casa de sus padres. Las tres, una hora nada anormal para él para comer, pero no para sus padres. Mientras subÃa las escaleras los desvarÃas volvieron a su mente, ahora con un veinte por ciento más de delirio.
– Hola, hijo – su madre estaba tendida en el suelo cubierta de sangre y su padre le recibÃa tan alegremente con el cuchillo en la mano. Que tu padre tuviese el apodo de “El carnicero de la Txan†tenÃa que acabar afectándote con el paso de los años. Ya podrÃa haber sido ferretero.
– Nuestra nave ha venido a recogernos por fin. Tienes macarrones en el horno – No, el marciano siempre habÃa sido él.
– El demonio al que vendimos tu alma al nacer, ha venido a reclamarla – bueno, al menos se librarÃa de los san fermines.
Llegó al piso de sus padres y abrió la puerta con su copia de las llaves. Atravesó el recibidor y fue directamente hasta la cocina. Su padre estaba estaba ya sentado y comiendo. Al lado tenÃa otro plato esperándole.
– Siéntate, que se va a enfriar.
– Hola ¿Que tal? ¿que es de tu vida? Nos alegramos de verte – no pudo evitar el retintÃn en su tono de voz.
– ¿Que quieres? ¿Un buenos dÃas?
– Tardes serÃa más correcto.
– Calla y come. Tú siempre con tus tonterÃas – parecÃa enfadada, y no era por la hora ni por el comentario. Aquello no presagiaba nada bueno.
– Pero ¿se puede saber que te pasa?
– ¿A mi? Eres tú la que me ha llamado.
– ¡Tú es que estás tonto!
– A ver, nunca he sido ningún cerebrÃn, pero tonto, lo que se dice tonto, tampoco – su madre le pegó una colleja.
– Ahora no te hagas el listillo.
– ¿En que quedamos?
– Deja de marear a tu madre – por fin su padre habló. Su madre le dio otra colleja – Mujer, tampoco es para tanto.
– ¿Que no es para tanto? A este paso se va a quedar solo. Para vestir santos.
– Tú tranquila, esa opción queda descartada. Por lo demás, no me va tan mal – al fin encajaba todo. Diana, la traidora de su hermana les habÃa llamado. Aquello clamaba venganza – Supongo que habéis charlado con vuestra adorable hijita.
– No. Nos ha llamado Marcos – nota mental, nunca subestimes el odiómetro de tu cuñado.
– ¿Que es esto? ¿Una “intervenciónâ€? ¿Vais a tratar de reconducirme por “el buen caminoâ€?
– ¿Eso es lo que quieres? ¿Acabar solo y amargado?
– Bueno, acabar solo no me importa – mintió, pero le sorprendió darse cuenta de que aquello no estaba demasiado lejos de la verdad. No sabÃa si alegrarse o tener miedo por ello – Lo de amargado ya es otro asunto.
– ¿Pero tú le oyes?
– Mujer, tampoco es para tanto – su padre le defendió. ParecÃa que su apoyo estaba por encima de acabar la comida con tranquilidad. Nota mental; devolverle el favor algún dÃa de estos..
– ¿Ves? No es para tanto. Además, joder, aún no me he muerto. Vamos, que me queda tiempo de sobra para buscar algo (si me da por ponerme a ello)
– ¿Y que tenÃa de malo esa chica? A ver.
– Pues… nada. Sólo que no iba a funcionar.
– ¿De que me hablas? ¿De una lavadora?
– A ver, os dicen que le gusto a una chiva ¿y me echáis la bronca porque no me he casado con ella? ¿En tan poca consideración tenéis mi criterio? ¿Que sabéis vosotros de ella? A ver.
– Pero Javi, que ya sabes que sólo queremos lo mejor para ti.
– Pues ahora mismo lo mejor para mi es largarme – se dio la vuelta y se fue.
Perfecto. Era un domingo perfecto. Sin dormir, sin comer y cabreado. Mientras caminaba de vuelta a casa cruzo los dedos y esperó a que el fin del mundo no llegase antes de haber comido algo. Aquellas señales no podÃan apuntar a otra cosa.
Vale, ahà tenÃa mi PeCé, funcionando, sufriendo sus vÃruses (que venÃan incluso en los disketes de los juegos originales, como el del Action Service) comprándome juegos que ya habÃa tenido antes (como el Barbarian, el Targhan o el Impossible Mission II) y cruzando los dedos cada vez que copiaba algo al disco duro para que no saliese ningún mensaje de error de disco.
Como ya hicieran antaño, los juegos seguÃan entrándome por los ojos. Por sus carátulas me comprarÃa el Cobra Mission y el Metal & Lace, y ambos resultarÃan igualmente decepcionantes. De gratis conseguirÃa el Wolfstein 3D, el mejor FPS jamás creado (no, no me gustan los FPS, me aburren enseguida) ya que, al ser una demo, (¿una que?) solo tenÃa un par de pantallas no demasiado cansinas con el laberinto. Ante aquel panorama, parecÃa que tocaba comenzar a mirar los ordenadores desde otro ángulo. Yyyyyy ese nuevo ángulo era el que se encontraba ubicado dentro del ámbito laboral, por supuesto. Un terreno de vedes pastos para alguien más verde aún. Nos encontrábamos bajo el paradigma de la lÃnea de comandos, un ambiente apto sólo para tipos duros. A falta de ludismo informático al que meterle mano, siempre me quedaba el terreno puramente sonoro.
En el tema musical para MSDOS no es que hubiese gran cosa entre lo que elegir. Mientras el Atari y el Mac tenÃan los mÃticos Cubase, Encore, Finale o Notator (luego Notator Logic, para acabar siendo Logic a secas) en el PC tenÃamos el Ballade, el Musicator o el Band in a box (que también tenÃa su propia versión para Atari.
La verdad es que los programas no es que fuesen malos, pero eran feos e incómodos como ellos solos. De todas formas, tenÃan la ventaja de ser más baratos que los programas “Profesionalesâ€. Recuerdo que en la tienda tuvimos una copia del Cubase para Atari y otra para Mac pero, si no me falla la memoria, aún deben seguir por ahÃ. Cada uno de esos programas superaba las cien mil pesetas (de entonces) y el Finale rondaba el doble, mientras que los programas para PC eran más asequibles (lo que no quiere decir que se vendiesen muchos)
Por otro lado, los interefaces MIDI para PC aún estaban caros, chungos de configurar y no eran precisamente fiables (aparte de que sólo eran eso, interfaces, y necesitabas también un modulo de sonidos externo para que aquello pudiese sonar mÃnimamente en condiciones) asà que tuviéramos un mercado muy boyante en aquel momento (menos aún en Pamplona)
SerÃa en aquellos dÃas que hasta mi llegarÃa (no recuerdo por que medio) un disquete. PertenecÃa a una empresa de la lejana Barcelona. Al invocar su contenida aparecerÃa grabado en mi pantalla el nombre del concilio de brujos que lo habÃa conjurado: AMB (decÃa) the SQL (ponÃa más abajo, y yo me preguntaba ¿La Secuela de qué?)
En su interior encontrarÃa precios de tarjetas de sonido y Cederones ¡A PRECIOS ASEQUIBLES!. Como es obvio, no tardarÃa mucho en pedir uno de ambos: Una tarjeta compatible con AdLib, y un CDROM externo x1. Al llegar ellos, también llegarÃa la decepción. Como ya decÃa por ahà arriba: ¿Como… diantres se hacÃa funcionar aquello?
Vale, yo pinchaba la tarjetas en sus ranuras respectivas, pero aquello no chuflaba. Conectaba los auriculares a la tarjeta de sonido, pero de ahà no salÃa ningún acorde o palabro. MetÃa un disco en el lector, pero no sabÃa como acceder a su contenido. Con ellos venÃan unos disketes, “conductores†ponÃa en guiri en sus pegatinas, pero ejecutando sus contenidos no lograba que me llevasen a ningún lado. Aquello de la informática “seria†estaba empezando a tocarme un poco las narices.
Por fortuna tenÃa a mano a alguien que era capaz de desencriptar aquel galimatÃas y hacer funcionar aquellos cachivaches. La verdad es que, por mucho que me empeñase (a quien vamos a engañar, nunca me esforcé demasiado) nunca aprendà a hacer un autoexec.bat o un config.sys desde cero (otra cosa era ya el copia de aquà y allá para hacer mi pequeño ejército de Frankensteins binarios)
Al fin conseguirÃa que aquello sonase y que los posavasos plateados sirvieran para algo, pero aquello tampoco mejoraba demasiado la cosa.
Vale, no tenÃa que desconectar fÃsicamente el PC Speacker de la placa para no incordiar (al menos, no siempre, ya que habÃa algunos programas que no te dejaban otro remedio) pero los juegos aburridos, con sonido “modelnoâ€, no se volvÃan entretenidos.
Pero se acercaban tiempos de cambio. Como respuesta (tardÃa, muy tardÃa) a los colorines e iconitos de la competencia, se acercaba el (ejem) “Salto cuántico†para el PCVerso. Más allá de los comandos arcanos como pkzip o arj, comenzaba a vislumbrarse el reino dorado de las Ventanas (¡oh sorpresa! ¡nunca habÃamos visto nada parecido!) y su mÃstico paladÃn; el ratón (no bostecéis tan alto)
El mundo informático se iba acercando a las masas. Nos esperaba una buena.
Antes que nada, aclaremos conceptos: Glorantha es un mundo, no un planeta.
No es una esfera flotante que orbita alrededor de un sol, sino que ocupa la faceta superior de un cubo que flota en el caos primordial.
Sobre su superficie hay dos continentes; Genertela y Pamatela, separados por el Océano del Eterno Retorno. En el centro del océano se encuentra la Fuente de Magasta, un vórtice que comunica el mundo superior con el interior; el inframundo.
Glorantha no es un mundo grande. La extensión total del mundo es aproximadamente como la del continente americano (no será muy grande, pero en su interior caben grandes cosas)
Tampoco es un mundo antiguo, ya que el momento en el que se ambienta el juego es año mil seiscientos veinte (aunque sucedieron muchas cosas antes de que el tiempo comenzara a contarse)
Cada mañana Yelm, emperador del universo sale con su carro Ãgneo, arrastrando el sol desde La Puerta del Alba en el este por el firmamento de Glorantha. El anochecer llega cuando Yelm alcanza La Puerta del Crepúsculo en el oeste. Durante la noche recorre el inframundo para volver a traer el dÃa de nuevo tras imponerse a quienes habitan en la oscuridad.
Hubo una época de oscuridad cuando Orlanth, el señor de las tormentas hijo de Umath, mató a Yelm y lo arrojó al inframundo. Pero con el más adelante se darÃa cuenta de su error, pues el caos y la oscuridad comandados por El diablo (no, no se lo curró mucho con el nombre de este) consumieron el mundo y acabaron con la Montaña Cósmica y la corte celestial que allà habitaba.
Pero Orlanth verÃa su error y bajarÃa hasta el inframundo en busca de Yelm, que habÃa logrado imponer su voluntad sobre su propia muerte. Magasta llevó a sus hijos acuáticos a cerrar la brecha que habÃa creado la explosión de la montaña, y Kyger Litor sacos a los suyos a la superficie para que bajo el cielo sin estrellas luchasen contra la oscuridad y el caos.
Finalmente Orlanth, rompiendo todas las leyes antiguas, lograrÃa salir del infierno junto a Yelm y las fuerzas de la vida.
Desde algún lugar recóndito cuya ubicación nadie conoce llegarÃa Arachne Solara, que forjarÃa El Gran Compromiso con todos los dioses, tanto vivos como muertos, para acabar con el diablo.
De su vientre saltarÃa El Dios Tiempo, el último de los dioses, extendiendo su red mÃstica de realidad sobre los restos del viejo mundo.
Yelm devolvió la vida a los dioses muertos con el primer amanecer, y el tiempo del Alba vio la luz.
Igual estáis un poco mareados después de este resumen… pero es que esto no es un resumen. Glorantha esta escrito asÃ; denso, a toda velocidad… con una redacción un tanto tosca (vale, ya se que yo no soy el más adecuado para criticar la prosa de nadie, pero ahà esta la cosa)
Los eventos se atropellan, las ideas son arrojadas y te impactan dejando secuelas, los conceptos se lanzan al aire… y se dejan ahà para que maduren en la mente de cada uno. Y la cosa sigue al mismo ritmo…
Durante la primera edad; el alba, el mundo aún no se habÃa recuperado de la guerra de los dioses. La separación entre los dioses y los hombres era escasa. Los diversos poderes trataban de dar forma a las energÃas que gobernaban en universo experimentando de todas las maneas imaginables.
Uno de aquellos experimentos, el más espectacular, serÃa Nysalor.
Nysalor fue un ser construido mágicamente por un grupo de humanos y miembros de las razas antiguas. En su origen participaron todas las razas importantes, pero más adelante los trolls y los dragonuts abandonarÃan el proyecto antes de su culminación.
Cuando Nysalor comenzó su reinado, una era dorada comenzó para su seguidores, pero no para aquellos que no se postraban ante él. Quienes no le seguÃan fueron esclavizados o desterrados.
Los trolls y los dragonuts se opusieron a él, pero fueron derrotados. Sobre los trolls caerÃa una maldición que condenaba a sus hembras a parir criaturas deformes, los trollkin, en lugar de los saludables trolls negros uzko.
Arkat, daño del caos, serÃa el más tenaz enemigo de Nysalor, a quién llamaba Gbaji, el impostor. Durante setenta y cinco años luchó contra él, asumiendo las formas de cada una de las razas de Glorantha tras arduas búsquedas heroicas.
Y como estos ejemplos, hay muchos más entre los que elegir.
Tenemos a los enanos. ¿Enanos? no, mostali. Las creaciones de los primeros mostali, encargados de cuidar y reparar a Mostal, la máquina del mundo que fue dañada durante la guerra contra el caos.
Tenemos a los elfos ¿Elfos? no, aldryani. Los hijos de Aldrya, la diosa de los bosque, son medio vegetales. No es que sean lerdos, sino que el apelativo de “tronco†se les podrÃa aplicar en más de un sentido.
Tenemos el monomito jrustelano. Un intento de un culto humano de la segunda edad, los aprendices de dioses, para juntar todas las religiones y leyendas en un mito unificado. La cosa no habrÃa estado mal, de no ser porque estuvo a punto de condenar toda la existencia. La estrechez de miras y la falta de comprensión real de los mitos que modificaban por parte de sus creadores pudo acabar con toco cuanto existÃa.
Y lo dejo aquà antes de embalarme.
Hala, ya estáis tardando en curiosear un poco más por ahÃ. Que de esto si que hay cosas publicadas en castellano.
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