La piedra se clavaba en su espalda provocándole un dolor indescriptible. Todos los músculos de su cuerpo se encontraban mas allá de su limite, la tensión era insoportable. Pero no podÃa aflojar “Un segundo mas. Un minuto mas†se decÃa.
A su alrededor, los cascotes de la ruina en la que se habÃa convertido aquel edificio le recordaban que, cuando sus fuerzas le fallasen, aquellas serÃan sus únicas compañeras. Pero el permanecÃa inasequible al desaliento. A escasos metros suya, los bomberos retiraban los últimos escombros que habÃan caÃdo sobre “ellaâ€.
– Se encuentra bien -escucho decir a uno de ellos- parece un milagro.
Ver emerger su rostro entre el caos de polvo y cascotes, hizo que las fuerzas retornaran a su exhausto cuerpo “unos segundos mas†se repitió “déjame que vea como la ponen a salvoâ€.
Ella se volvió. Aún se encontraba aturdida por la velocidad a la que se habÃan producido los acontecimientos. Los pilares que sustentaban el edificio habÃan explotado, y el techo se les habÃa venido encima. Javi habÃa interpuesto su cuerpo como un renovado pilar, haciendo palanca para sustentar todo el edificio tratando de dar tiempo a la evacuación. Él era lo único que impedÃa que aquel suceso acabase como una tragedia.
Los bomberos daban gritos para que la gente se apartase, y alguno de ellos miró en su dirección. En su rostro se reflejaba la certeza de que no iban a poder sacar a Javi de aquel lugar. Pero aquello ya no importaba. “Ella†también lo miraba. Apenas habÃan cruzado unas palabras en su vida; no podÃa decir que se conocieran. Pero aquel “gracias†que le dijo con su mirada fue todo lo que necesitaba para aguantar. “Un poco mas†se decÃa.
Sarcástico: Juajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajua
Javi: ¿Y tú de que cojones te rÃes?
Sarcástico: De ti, hombre, de ti. ¿No es obvio?
Javi: Vaya hombre. Gracias.
AnalÃtico: Esto ya ralla en lo absurdo.
Lógico: ¿Ralla?
AnalÃtico: Era por no cebarme con el pobre chico.
Sarcástico: Juajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajua
Javi: A ti ya te vale. Ya os vale a todos.
Sarcástico: Macho, eres patético.
AnalÃtico: No te negare que tiene un punto masoquista
Masoquista: Ese soy yo.
Trágico: Pues a mi me ha parecido bonito.
Lógico: ¿Es que ninguna de tus fantasÃas puede ser mÃnimamente verosÃmil?
Fantasioso: Es que entonces no serÃan “fantasÃasâ€.
Sarcástico: Perdón, perdón. Snif, snif. Juajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajua
Javi: No se que es eso que te hace tanta gracia.
Sarcástico: Es que no falla. Otra fantasÃa, otra en la que sales mal parado, sin la chica, y al final acabas aplastado.
Lógico: Eso es lo de menos. Esa fantasÃa no tiene ningún sentido.
Fantasioso: Hola, hola ¿hay alguien ahÃ?. Es una fantasÃa. No tiene porque ser lógica.
Lógico: Nadie puede sujetar un edificio con su espalda, el punto de apoyo es demasiado pequeño. Caso de que su cuerpo no quedase destrozado por el impacto. En el improbable (imposible) caso de que su cuerpo fuese mas duro que el material del que este hecho ese edificio, lo único que conseguirÃa es que el pedazo de cemento que cubriese su espalda que quedase ahà desprendiéndose del edificio, que seguirÃa su trayectoria hasta alcanzar el suelo.
Sarcástico: ¿Pero tu escuchas lo que estas diciendo?.
Desesperado: Atención, atención. Esta entrando.
Sarcástico: Zafarrancho de combate. Todos a sus puestos. Que perezcan antes de llegar a nuestras trincheras.
Desesperado: Vete a la mierda.
Sarcástico: Mira que tus respuestas son poco variadas.
Javi: Callaos todos.
Sarcástico: Hablando de mister originalidad.
Al igual que cada jueves, “ella†atravesó la puerta llenando con su luz el local. Una vez ante el mostrador, se acercó hasta Javi para pedir el mismo menú de siempre. Una vez le fue servido, se despidió con un gracias, y una sonrisa.
Desesperado: Otra vez lo mismo. ¿Cuándo le vas a decir algo?
Javi: Lo he hecho.
Desesperado: ¿Qué has hecho que?. Yo no he escuchado nada.
Sarcástico: Espera, espera. No me lo digas. Se lo has dicho todo con la mirada.
Javi: Bueno………….pues si.
Sarcástico: Juajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajuajua
Javi: Joder, tÃo. Ya te vale.
Desesperado: ¿Una mirada?. ¿Pero tu estas gilipollas?
Sarcástico: Vamos a ver. ¿Qué mirada ha sido?
Javi: La de “me pareces una chica muy guapaâ€
Sarcástico: Esa no me la conocÃa. Conozco la “mirada distanteâ€, la de “cordero degolladoâ€, la de “sabes que podrÃa matarte, pero no me mereces la pena el esfuerzoâ€, la de “voy a ver si te doy la suficiente lastima como para que me hagas caso†(muy parecida a la primera), la de…
Javi: Ya te vale.
Sarcástico: Espera, espera. También tienes el encogimiento de hombros multiuso.
Javi: Hay matices que…
Sarcástico: Si hombre, si. Mira tÃo. Tienes tantas miradas distintas como Zoolander.
Cinéfilo: Gran pelÃcula.
Javi: A ver, Sarcástico. ¿Tu no estabas de mi parte en esto?
Sarcástico: Estaba de acuerdo contigo en que no podÃas tomar el asalto nada mas verla por primera vez. A dÃa de hoy, sigo opinando lo mismo. Pero eres tú quien se esta contradiciendo.
Javi: ¿Cómo que me contradigo?.
AnalÃtico: Dices mucho lo de “No la conozco de nada†pues claro que no la conoces de nada, pero luego me sueltas lo de “se lo he dicho con la miradaâ€. A ver si te aclaras. Si quieres conocerla, intenta conocerla, pero no me vengas con las chorradas esas de falso tipo “torturado y maltratado por el destino con su pobre autoestimaâ€.
Sarcástico. ¡Eh!, ¡esa frase era mÃa!.
AnalÃtico: Lo siento. Es que estoy hasta el gorro de esa pose.
Sarcástico: No hombre, no. Esa no es su pose. Si pose es de “tipo de pocas palabras misterioso e inescrutableâ€.
Javi: ¡Hola!. ¡Estoy aquÃ!. ¡No habléis como si no estuviera!
Sarcástico: Como te iba diciendo…
Javi: Cabrones
Sarcástico: Es que me lo pones a huevo.
Jias, jias. 🙂