Corrección política

Corren tiempos difíciles para la educación.
Los bastos y los bordes. Los zafios, los n4matikos y el resto de tribus malhabladas se van apoderando poco a poco del uso del lenguaje, corrompiendo todo aquello a lo que se acercan.
Ya casi no se entiende a aquellos que hablan con corrección. No sólo eso, sino que se les tilda de snobs y repelentes.
¿Estaremos asistiendo al final de una era de la comunicación hablada?

Bueno, no es para tanto. El lenguaje va mutando según lo va haciendo la sociedad. Es una ley de vida. Según en que ambiente te muevas, hablaras de una manera distinta a como lo hacen aquellos que se mueven en ámbitos distintos. Si lo quieres ver así, la diferencia de clases en lugar de ser una situación de “altura social” (clase alta-clase baja) ha cambiado su angulación para convertirse en una diferencia “lateral” (ámbitos o ambientes sociales).
Si antes el señorito podía no entender lo que le decía el labriego, ahora es el padre quien no entiende de que le esta hablando el hijo. El tipo que trabaja en la mina no entiende al informático adicto al chat. El deportista no entiende al pandillero.
Bienvenidos a la nueva torre de Babel.
Ahora lo que no es “cool” es “chungo” (o “txungo” dependiendo de que provincia seas). Te puede llegar un mensaje en el que pongo: Q n t ntras, y tú tienes que sacar tu bola de adivinación y criptografía para tratar de descifrar que cojones te están diciendo.
Es el signo de los tiempos.

¿Quién habla bien y quien habla mal?
Yo hablo bien, por supuesto. Quien no habla como yo, es un pringado, un antiguo o un modernillo de tres al cuarto.
¿Hay solución a todo esto?
Pues mas bien no. Adaptarse o morir (Bueno, más bien adaptarse o no enterarse de nada).
Los amigos de la RAE dicen que los que hablan bien son los que hablan como ellos dicen.
¿El lenguaje es una dictadura o una democracia? ¿O no tiene nada que ver con eso?
¿Hablas bien porque hablas como la mayoría, o hablas bien porque hablas como dicta la elite no electa?
Yo creo que ni lo uno ni lo otro. Yo (Yo: Pontificador máximo, Cronarca multiversal y Portador de falsas o inciertas verdades) considero que hablas bien, cuando aquel (o aquellos) a quienes te diriges, entienden lo que les estas diciendo. Así de difícil (y de complicado).

Pero luego esta otro asunto. Yendo más allá (o más hacia un lado) de la corrección lingüística y la comprensión de lo que se comunica, se encuentra el tortuoso camino de intencionalidad y/o/u crudeza de lo que se pretende comunicar (y el como se comunica).
Porque hay múltiples maneras de decir las cosas. Una misma noticia se puede dar de multitud de formas, dependiendo del la importancia que podamos dar al impacto que va a causar en el receptor.
Ahora prima la trasgresión. El “llamar a las cosas por su nombre” (como si solo hubiera o hubiese una palabra para describir cada elemento universal).
Ahora si no profieres un par de palabras malsonantes por frase, no hablas como “la gente de la calle” (¿de que calle?). Si no llamas a alguien “mentiroso” o “cabrón” o “te cagas en todos sus antepasados (pero de manera más explicita aún)” eres un tipo “políticamente correcto”. Un “cobarde”, un “falso”, un hipócrita o alguien que no se atreve a “decir las cosas como son”.

Y en esto no estoy de acuerdo.
Bueno. No estoy de acuerdo en parte.
No me parece bien el mentir para hacer más “aceptable” una noticia, pero me parece igual de mal el soltar las cosas sin “procesarlas” tal cual salen, eligiendo ignorar el daño que puede hacer.
A día de hoy (me parece a mí que) la educación y la mesura están muy devaluadas.
Muchas veces se utiliza el lenguaje como válvula de escape. Como puños invisibles para liberar la frustración.
Las palabras no podrán matarte, pero si que son capaces de hacer mucho daño.
Y este daño va más allá de la mera molestia que pueda producir un insulto, sino que nos acerca cada vez más a la insensibilidad.
Cada día es más común en el cine, en la literatura (En los noticiarios de la tele no, que son muy “responsables” con lo que dicen. Ya podrían serlo con lo que muestran) que los personajes se comporten como la “gente de la calle”. Hablan como la “gente de la calle”. Reflejan a la “gente de la calle”.
Que vale, que bueno. Que creas personajes nuevos y quieres que sean así, pos güeno, pos fale, pos dacueldo. Tú mismo.
El mundo es un lugar “chungo” lleno de gente malcarada dispuesta a degollarte por un euro mientras mutilan animalitos y patean inmigrantes. Pues va a ser que no. Que no niego que esa gente exista, pero no dejan de ser una minoría a la que estas encumbrando.
No solo les haces publicidad, sino que encima pretendes ponerlos como seres ejemplares. Ellos “molan”. Lo que hacen “mola”. Ellos son los amos, y el que no es como ellos es un mierda que merece la muerte o la ignominia y la humillación.

Mita tío. No se en que calle vivirás.
Sólo espero no pasar nunca por ella.

marzo 28, 2006 · Posted in Pontificaciones desde la subjetividad  
    

Comments

2 Responses to “Corrección política”

  1. Tosko on marzo 29th, 2006 15:03

    La educación es el arma más poderosa del mundo, y sí, la función del lenguaje es transmitir un mensaje.
    Si lo usas correctamente, tu mensaje llegará con claridad y precisión, y con todo el detalle que le quieras dar. Sin confusiones, sin segundos significados.

    Puede que mole más ser un inculto, pero a mí, los que van de incultos (y orgullosos de serlo) me dan pena.

  2. Sorecer on abril 11th, 2006 19:11

    cuando dices algo con el objetivo de hacer daño; cuando te da igual el daño que puedes hacer, no es asunto de cultura o no: eres un cafre y punto.

    y ahí, la RAE no pinta demasiado…

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