La pregunta del millón

No, la pregunta no es ¿me quiere? Ni ¿cuando me va a tocar la lotería?
Nada tan banal ni material. La pregunta del millón es:

¿Que es un juego de rol?

Bueno, igual no es tan, tan relevante. Lo que sí que tiene su complicación es dar una respuesta concisa y aclaratoria.
Ahora mismo estoy escribiendo sobre eso para la futura web 3.0 de Daegon, pero la entrada me está quedando un tanto academicista (cosa que, por otro lado, es lo que pretendo) pero también me apetecía escribir algo un poco distinto. Más “ligero” en cuanto a forma, pero más profundo en cuanto a contenido. No limitarme a hablar simplemente de lo que “son”, sino contar también lo que han representado para mí los juegos de rol.

Y es que me considero un rolero, o jugador de rol. Da igual que haga cosa de diez años que no juego y más de siete u ocho que no arbitro. Da igual que en el momento vital en el que me encuentro no me apetezca hacerlo; soy un y seré siempre un rolero.

Pero antes que nada, y siguiendo la tradición de este blog de un tiempo a esta parte, vamos a hacer un poco de memoria histórica (a mí manera, eso sí) de donde viene esto del rol.

En el principio de los tiempos…

Algunos roleros dicen que si Gygax y Arneson con su Chainmail fueron los creadores del primer juego de rol (pero Arneson no estaba aún por ahí, y Chainmail era un wargame, así que por ahí vamos mal)
Los pregoneros de las gafas-aún-más-de-pasta dicen que el profeta Mark (molo más que tú) Rein-Hagen alumbró el Vampiro en el noventa y uno, no hubo un Único y Verdadero (y Narrativo) Juego de Rol de Verdad de la Buena (marca registrada) obviando (o ignorando) que el señor Rein-Hagen (junto a un mindundi llamado Jonathan Tweet. No, este tipo no tiene nada que ver con el Tweeter) ya había hecho al parecido con el Ars Magica (solo que no era tan “Cool” ni “Profundo” ni poseía la “Angustia interna”. Todas ellas, muy posiblemente, marcas registradas) y que todo lo demás eran cosas irrelevantes que no habían aportado nada en el camino de la Única y Verdadera fé de la Narratividad Rolera (Sí, también marca registrada)

Los sagrados textos de la sacrosanta Wikipedia auspiciados por el culto de los adventistas de las gafas de pasta, mencionan una cosa que hizo un tal William A. Gamson (profesor de sociología del Boston College) en el sesenta y seis (bonito número) Algo llamado SimSoc (Simulated Society) que se comenzó a utilizar en las universidades como herramienta para el aprendizaje de diversas materias, podría interpretarse como el primer juego de rol.

Puestos así, podríamos empezar a soltar barbaridades en plan cenutrio pretencioso. Comenzar a trampear conceptos y afirmar que el señor MAR Barker sería el primero en hacer un juego de rol, porque comenzó a escribir en Tékumel a finales de los años cuarenta. Pero, como ya os digo, mentiría como un bellaco.

Porque, ódialo o ámalo, pero D&D, Dragones y Mazmorras, Calabozos y Dragones, o como quieras llamarlo, fue el primer juego de rol, aunque por los pelos. Tosco, básico, primario. Todo lo que queráis decir. Pero el primero.

Y digo por los pelos, no porque el resto de juegos viniesen después (válgame el perogrullo) sino porque fue la puntilla que faltaba para que a los demás se les iluminase la bombilla en su cabeza.
Barket o Stafford estaban ahí, a la espera de que alguien les diese la pieza que necesitaban para completar sus rompecabezas personales. De no haber existido el D&D, estoy convencido de que alguno de estos dos (o alguno que también le estuviese dando vueltas al asunto) no habría tardado en dar a la tecla adecuada. Pero Gygax y Arneson se adelantaron, y eso hay que reconocérselo.

Ahora, antes de que las hordas de poseedores-de-la-verdad-única-y-absoluta me salten al cuello y empiecen a corregirme (o después, que ya sabemos lo rápido que salta esta gente) debería responder a la pregunta que inicia esta entrada. Así que voy a retomarla y clarificarla:

¿Que entiendo yo por juego de rol?

Pero eso ya os lo diré en otra entrada (no muy lejana)

    

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