¿Que es lo que pasa?
¿Todos a los que llego a considerar mi amigos, acaban largándose de la tienda?
¿Es que acaso solo duran los malos en esta empresa?
No. Espera. Aún queda esperanza.
¿Son dos figuras esas que veo en el horizonte? bueno, no. Quizás sean una y media.
Efectivamente, no todo el mundo sale huyendo de la megatienda, aún quedan un irreductible grupo de galos, estoooo trabajadores, inasequibles al desaliento.
Lo cierto es que malo, lo que se dice malo, no conozco a ninguno, y con todos me he llevado siempre en un termino medio-bueno. Por supuesto, están lo que me caen mejor, y los que me caen peor. Pero dado que trato de limitar el trato (válgame la rebuznancia) con aquellos que no me caen bien, pues como que tengo una relación relativamente afable (casi siempre) con todos los allà presentes.
Hay gente como Juanjo Abrego, Ana Areso, Juan Luis, Rafa Moya, Maria Garciarena, Susana Yanguas, o Nacho Zabala, asà como la que tuve en su momento con otros “huidosâ€, como Ruben Galbete, o las citadas en otra columna Blanca y Alicia, con los que, pese a llevarme muy bien, no ha llegado nunca a saltar la “chispaâ€. En alguna ocasión si que les he dicho de quedar a algunos de ellos, pero al final la cosa no ha seguido para adelante, y tampoco he insistido mas, porque en el fondo, tampoco sabÃa muy bien de que podrÃamos hablar (lo cual tampoco es una gran excusa, ya que muchos de los mentados en las anteriores columnas tampoco compartÃan gustos o aficiones conmigo).
Luego hay otros, como Ander, al que apenas llegué a conocer (entro al taller cuando ya me habÃa venido para la nave), pero que de verle aquà cuatro veces, y cruzarmelo una (san fermines del año pasado) en el Carrefour, he establecido una relación muy buena. Es una de esas personas que me gustan, campechano “de pueblo†(pero en el mejor sentido de la expresión) y currante. Como ya digo, apenas he tratado con él, me gusta considerarle mi amigo, pese a que es otro de esos maldito huidos. PodÃa haberse esperado un poco mas, y haberse esperado hasta después de que bajasen el taller hasta aquÃ.
También esta Josu Yabar. Mientras estaba yo en la tienda, lo conocÃa de vista, porque iba a clase de guitarra eléctrica con mi primo Mikel. Es un criajo de veintinada años, pero muy majo.
En la época de la tienda no trate nada con él, pero, casualidad de casualidades, el verano pasado se vino de “practicas†a la nave (vamos, que querÃa sacarse unas pelas, y la música le gusta). Es un chaval hiper activo, y no para de hablar. La cosa podrÃa haber acabado de dos maneras, o le mataba, o me caÃa bien. Y mira tu por donde, me acabó cayendo bien.
Toca en un grupo Sök (comprad su maqueta), y tocan muy bien (a parte de hacer música que me gusta). Le encanta hablar de música, toda clase de música, y eso es algo que me parece muy bueno (pese a que siempre copien a los Incubus). Pero lo mejor de el es que siempre lo ves contento, y y dando tumbos por todos lados. Es (como lo definÃamos Juan Luis y yo mientras estaba por aquÃ) la alegrÃa de la fiesta y (¿lo adivináis?), mi amigo.
Pero el muy capullo, entre los ensayos, los conciertos, la novia, y los estudios, no tiene tiempo para nada mas. A ver si lo aprueba todo, se hace rico, y tiene algo de tiempo para mi.
Y por fin, llegamos a los irreductibles galos. Bueno, al galo y la gala: Angel (minitronco pegado a gran cabeza) RodrÃguez, y Asun Ribed.
Angel, el-funcionario-de-correos-que-renuncia-a-la-baja-laboral-porque-no-puede-estarse-quieto-en-casa-y-se-aburre.
¿Que decir de él?.
Fácil.
Ya te ha costado ponerte a media jornada. Capullo.
A ver si inventas un sistema para ralentizar tu tiempo relativo, y que los dÃas te duren mas, asà podrÃas quedar conmigo, so membrillo. En esa peazo cabeza ya podÃa haber un cerebro de tamaño equiparable que usases para el bien de la humanidad.
Eh, tÃos.
No me miréis asÃ, yo no creo que tenga la cabeza grande, es él quien siempre esta haciendo chistes sobre su tamaño.
Poco mas voy a deciros de él, solo que es un tÃo cojonudo, un guitarrista de igual calibre (y encima se empeña en seguir estudiando), y un grandÃsimo imbécil que no me hace ni caso. A ver si lee esto y se da por aludido.
Y por último (pero no por ello menos importante), la última (bueno, sino la ultima, pero si de las que menos hubiera sospechado) persona que esperase poder llamar amigo (bueno, amiga): Asun Rived.
¿Que porque digo esto?
Veamos. Oficinista discreta como ella sola, durante años, creo que las únicas palabras que intercambié con ella era el saludo al entrar en la tienda (cuando la veÃa), y creo que poca relación mas tenÃamos.
Hasta que…
Hasta la boda de Iñaki Calleja. Fue un viernes. Yo salà de la casa de la juventud para ir al lugar donde se celebraba la fiesta (la boda habÃa sido durante la tarde, y la fiesta era durante la noche). HabÃa quedado con ella en el bar que habÃa debajo del recinto designado para el evento, ya que eramos los dos únicos de la tienda que Ãbamos a ir (salvo mis padres que estaban invitados a la ceremonia, y se pudieron escaquear de currar).
Ahà estábamos los dos, creo que ella bebÃa algo, yo como de costumbre no. La cosa es que comenzamos a hablar, primero de cosas del trabajo, y luego, pues de lo que iba surgiendo. Ahà estuvimos, en la puerta de un bar, hablando hora y pico. Al rato decidimos subir hacia la sala del hotel donde era la cena, y como vimos que a gente aún estaba sentada en las mesas, pues nos sentamos en unos sofás, y continuamos hablando, asÃ, hasta que el padre del novio (que es cliente de la tienda, y nos conoce), paso por delante, nos vio, y nos dijo que entrásemos.
La cosa es, que a partir de entonces la fui conociendo poquito a poco, y resulta que era una tÃa majÃsima, y de ahà la cosa solo irÃa a mejor.
Otra de las razones por las que me alegro de haberme ido de la tienda, es porque ahora puedo quedar con ella para cenar de vez en cuando (antes también podÃa, pero no se porque, no se me ocurrió hacerlo, si es que cuando uno es lerdo…), cosa que antes no solÃamos hacer, y entonces, pues eso, hablamos, comenos, caminamos, y son jornadas memorables.
Pues con esto creo que el tema ya queda zanjado. Es posible que algunos os preguntéis porque os estoy dando la tabarra con esta gente que no conocéis, y que posiblemente no lleguéis a conocer.
Nada mas sencillo, para que sepáis lo que os perdéis, porque son una gente increÃble (igual que vosotros), y querÃa presentároslos.
Hala, ya esta dicho. (Ya os llegara vuestro turno, tenedlo por seguro).
Angel es un caso perdido 🙂 y además es un cabezón en ambos sentidos.
Puede que los mejores momentos que he pasado en una orquesta hayan sido con él, Paco y el Pitufo. Puede no, lo han sido.